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El acero comunitario absorbe el aumento de las ventas en España en perjuicio del nacional

Las empresas siderúrgicas españolas, sometidas a un proceso de reconversión o, en el caso del acero común, pendientes todavía de un plan de reestructuración, no han conseguido ninguna mejora de mercado interno a pesar del fuerte aumento de las ventas. El incremento del 11,9% en el consumo aparente durante el primer semestre ha sido copado por las importaciones procedentes de los restantes países de la Comunidad Europea. La aplicación de la cláusula de salvaguardia a cinco productos no tendrá este año efectos prácticos, pues se han sobrepasado ya los límites impuestos para todo el año.

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La evolución del sector siderúrgico muestra una clara recuperación del mercado interno, aunque ello no se ha traducido en una mejora de las ventas en las factorías nacionales. Incluso el balance global se ha visto perjudicado, pues las ventas reales han disminuido en un 13,1%, mientras que el consumo aparente Iba crecido en 11,9%.Las estimaciones realizadas por la patronal del sector, Unesid, elaboradas en base a los datos proporcionados por las empresas y por la Dirección General de Aduanas, muestran que este retroceso de las empresas nacionales se ha producido casi totalmente en el mercado exterior, puesto que las exportaciones en este primer semestre han descendido en 730.000 toneladas (véase cuadro), cifra que coincide prácticamente con la caída de la producción.

La situaciones especialmente grave, según el director general de Unesid, Luis Guereca, porque la reactivación del mercado nacional no se ha beneficiado en absoluto de esa recuperación de un mercado muy deprimido, que parece responder a los estímulos proporcionados por la mejora de la economía, especialmente en sectores como el de la construcción.

El aumento de las ventas internas (405.000 toneladas) coincide casi totalmente con el vertiginoso incremento de las importaciones. El 90% de las compras al exterior procede de empresas de los, restantes países de la CE, y son ellas las que se han beneficiado casi en exclusiva -con pequeñas aportaciones de otros competidores feroces como Brasil- de esas 431.000 toneladas añadidas este primer semestre. Las importaciones a finales de agosto se situaron en 1.812.000 toneladas, por un valor de 115.000 millones. Esta cifra da un precio medio bajo, de 63 pesetas por kilo de acero.

Fuentes de los productores españoles, apoyándose en el aumento de los stocks, apuntan el carácter especulativo de una parte del aumento de estas compras al exterior, con lo cual su efecto negativo puede proyectarse al próximo año, cuando las oscilaciones de precio hagan más rentable su salida al mercado.

Prorrogar la salvaguardia

El director general de Unesid manifestó ayer la satisfacción del sector por la solicitud de Industria para prorrogar en 1987 la cláusula de salvaguardia que la CE ha concedido a cinco productos (bobina y fleje caliente, chapa fría y caliente de tres milímetros, chapa gruesa laminada en caliente, chapa galvanizada y alambrón al carbono), los tres primeros desde marzo y los dos restantes desde septiembre. En la hojalata, otro producto sensible, parece funcionar un acuerdo verbal alcanzado en el seno de la patronal siderúrgica comunitaria Eurofer.

Las pretensiones del sector van a que estos límites a las importaciones procedentes de la CE se extiendan hasta la incorporación de la siderurgia española a la política comunitaria, en enero de 1989. Unesid argumenta que los que piden los productores españoles no es diferente de las medidas restrictivas adoptadas por la CE desde 1978 y de las que practican países como Estados Unidos.

El efecto de la cláusula de salvaguardia será nulo este año como consecuencia de la gran cantidad de licencias de importación vigentes antes de su entrada en vigor. Con los datos de importaciones de finales de septiembre los límites fijados para algunos de esos productos contingentados ya se han superado. En el caso de la chapa gruesa las empresas europeas ya han vendido en España en los nueve primeros meses 83.715 toneladas, mientras que el tope marcado para todo el año es de 54.495 toneladas.

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