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Venezuela modificará su ley de la deuda externa

Las presiones financieras externas muchas veces frustran los planes festivos de gente tan diferente a los banqueros como los políticos. Es el caso de los parlamentarios venezolanos, que van a tener que interrumpir sus vacaciones para modificar la ley reglamentaria del pago de la deuda externa privada. El Gobierno los llamará de nuevo a trabajar para que corrijan la recién aprobada ley del Fondo de Compensación Cambiaria (Fococam), que regula las condiciones de la deuda privada.

La ley fue aprobada hace 15 días por el Congreso apresuradamente, con el visto bueno de todos los partidos. Establece la emisión de bonos en divisas del Estado a 15 años de plazo y 5% de interés anual para el pago en bolívares de la deuda privada. Inmediatamente los banqueros extranjeros, principalmente los estadounidenses, reaccionaron en contra, amenazando con suspender la línea de crédito a los deudores venezolanos. Su malestar radica en que las novedosas condiciones de los bonos tienen un valor inferior, entre 60 y 80% menos, a la cotización internacional.Una vez autorizado legislativamente el nuevo esquema cambiario y sin dar tiempo de digerirlo, el presidente Jaime Lusinchi, en su mensaje a la nación, anunció la eliminación del dólar preferencial de 4,30 bolívares, cuyo privilegio mantuvieron los empresarios hasta ese día, y su pase al de 7,50. La decisión desató airadas protestas de Fedecámaras, máximo organismo empresarial, que también amenazó con cerrar fábricas e industrias y trasladar el diferencial cambiario a los precios de los productos. El cambio del mercado libre está a 20 bolívares por dólar.

El propósito fundamental del Fococam es obtener ingresos fiscales, que sufrieron una drástica reducción por la caída de los precios petroleros. Con esta nueva ley el Gobierno termina por reconocer a los deudores privados los 7.000 millones de dólares de sus obligaciones externas. Por otro lado, consigue 22.000 millones de bolívares al reajustar la deuda empresarial a 7,50 bolívares.

Todo esto precipitó el viaje del ministro de Hacienda, Manuel Azpúrua, a Estados Unidos. En Nueva York trató de calmar los ánimos de la banca, al explicar las bondades del Fococam.

El ministro Azpúrua regresó casi con las manos vacías. Lo único que logró fue el condicionamiento de las dos deudas externas: la modificación del refinanciamiento de la pública (22.000 millones de dólares) no podía comenzar hasta que no se corrigiera la ley de la privada. Si no es por la travesura del calendario, casualmente las dos discusiones serán simultáneas, a mediados de agosto: mientras en Nueva York se reunirá el Comité de Bancos, en Caracas lo hará el Congreso. El propio Azpúriaa admitió que los bonos del Fococam tienen un valor inferior del nominal en el mercado internacional y esto puede ocasionar pérdidas adicionales a los deudores privados venezolanos, cuya deuda sube ahora a 52.000 millones de bolívares.

Las sugerencias, tanto locales como foráneas, señalan la conveniencia de modificar los valores del Fococam a la tasa del Libor (9% de interés) y 10 años de plazo para darles más atractivo internacional.

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