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MUNDOBASKET 86

Ramón Rivas

Hijo de español y nacido en el Bronx, juega con Puerto Rico

Ramón Rivas nació en el Bronx neoyorquino hace tan sólo 20 años. Su padre es catalán y su madre puertorriqueña. Juega en la universidad de Temple, en Filadelfia, y forma parte de la selección de Puerto Rico, que juega en el grupo C, en Málaga, y estuvo a punto, hace tres años, de formar parte de la selección juvenil española. Este pívot de 2,11 metros de altura y más de 100 kilos de peso es un joven de trato agradable y simpático.

Ramón Rivas, curiosamente, podía estar ahora en Zaragoza. A buen seguro que Díaz Miguel no habría hecho ascos a este hombre. Pero la vida da muchas vueltas, como el mismo Rivas dice, y está donde está porque las circunstancias así lo han querido. Su padre se fue a EE UU con 18 años. Allí conoció a una joven natural de Puerto Rico y se casó con ella. Fruto de este matrimonio fue Ramón Rivas que, con muy poquitos años se trasladó, junto a su familia, al país materno.A los nueve años comenzó a jugar al baloncesto en YMCA, una institución cristiana juvenil. Pero su afición por el deporte de la canasta desapareció, sin causa justificada, a los 13 años. Siguió su vida normal y, a los 16 años, "llegó el estirón". El "estirón" significa que casi de repente alcanzó 1,90 de estatura. "Entonces pensé que había que sacarle jugo a la estatura. Jugué en la escuela superior, me ofrecieron una beca para la universidad de San Juan de Puerto Rico y allá me fui". En la Liga de la escuela superior se proclamó novato del año, codiciado título para los debutantes, y fue en 1984 cuando obtuvo una beca para la universidad de Temple, en Filadelfia. Para él, la pasada Liga fue muy buena. Como también lo fue para el equipo de su universidad, que quedó entre los 32 primeros de la reñida Liga universitaria estadounidense, en la que compiten unos 300 conjuntos.

Cuando jugaba en la escuela superior de Puerto Rico hubo tentativas por parte del CAI Zaragoza y del Joventut de Badalona para incorporarlo a sus filas. "Alguien se enteró de que era de origen español... no sé, alguien de la Federación y me llamaron a casa para proponerme que jugara con la selección juvenil española. Fue mi padre el que conversó con España, pero aquello no cuajó", afirma ahora con un poco de nostalgia.

Y no cuajó porque a Ramón Rivas le pesaba mucho dejar su casa y sus amigos. "Además", añade, "quería progresar en mi vida privada, quería aprender correctamente el idioma inglés y graduarme en la universidad en administración de empresas" Aquello fue lo que frustró su eventual aventura española, a pesar de que España le atrae mucho, de que lo ha visitado en varias ocasiones y de que tiene familia en diversas provincias, como Cádiz, Córdoba, Barcelona y Málaga.

Uno de sus dos hermanos sí que vino a España, y estudió en Cataluña, aunque ahora reside de nuevo en Puerto Rico. La única pena de Ramón radica en el hecho de que su abuelo, a quien quería con locura, no le podrá ver jugar el Mundial que se disputa en su tierra. Falleció el pasado año en el pueblo catalán donde residía.

Pero Ramón Rivas tiene marcado un objetivo, una meta más a alcanzar: venir a jugar a España. "Este sitio me encanta, estoy como si fuera mi casa y hay grandes equipos. Sí, terminaré jugando al baloncesto en España", asegura.

Según las normas que rigen el baloncesto español, Rivas podría jugar en un club sin ocupar plaza de extranjero, al ser hijo de padre español y poder reclamar esta nacionalidad. Pasados tres años, podría jugar con la selección española, pero nunca de manera simultánea a otros nacionalizados como José Biriukov o Steve Trumbo (ya sólo se permite un nacionalizado).

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