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Ramón Blanco,

de 47años, vecino de la pequeña localidad de Lomba, si tuada en la comarca leonesa de La Cabrera, pasó ayer a disposición judicial por la presunta autoría del corte, al menos 20 veces, de la única línea telefónica de su pueblo. El furor telefonicida mostrado por Ramón Blanco estaba motivado por el cambio, el pasado mes de enero, del teléfono público de su domicilio al bar de la pequeña aldea, de apenas 35 vecinos. Andrés Rivera, presidente de la junta vecinal, consiguió sorprender en plena actuación al vengativo ciudadano tras permanecer al acecho detrás de un muro durante varias noches.

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