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Ildefonso Manuel Gil

El poeta y novelista aragonés ha regresado a Zaragoza tras una etapa de profesor en, Nueva Jersey que ha durado 23 años

El poeta, novelista, ensayista y profesor Ildefonso Manuel Gil ha culminado su aventura vital con su regreso definitivo tras un exilio -"para alguien tan apegado a su tierra como yo, el exilio nunca puede ser voluntario"- de 23 años. Nacido en Paniza (Zaragoza) en 1912, se crió en Daroca, emigró a Madrid y se exilió como profesor a Estados Unidos. A su vuelta, ha sido nombrado director de la fundación Institución Fernando el Católico, dependiente de la diputación provincial. Tiene la medalla de oro de la ciudad y se le ha agasajado dedicándole una calle en el barrio de los Poetas. Contento, Ildefonso Manuel Gil comenta: "Estoy bien acompañado, entre Aleixandre y Miguel Hernández".

Ildefonso Manuel Gil, figura se fiera de la generación del 36, ha publicado 24 libros de poesía tres novelas, dos volúmenes de narraciones . y cuentos y cinco de ensayos. Fundó cuatro revistas: Noreste, en Zaragoza, y en Madrid, Brújula, Boletín último y Literatura, esta última con Ricardo Gullón. Ha realizado traducciones de obras como Os Lusiadas, de Camoens. "Me da mucha vergüenza haber cobrado más por la traducción que el gran Canioens por escribirla". Ha terminado su última novela, de 256 folios. "No sé ni cuándo ni quién la editará No he, realizado ninguna gestión, pues me resisto a la mendicidad literaria, me basta con haberla acabado". La acción transcurre en el mes de agosto de 1936, y tiene un solo espacio concreto, una cárcel. "No es autobiográfica pero sí el resultado de expenencias directas".El autor de La muerte hizo su agosto se licenció en Derecho en 1931, gañó la plaza de funcionario de Instrucción Pública y cuando esperaba destino le sorprendió la guerra civil en el bando re publicano. Estuvo más de siete meses encerrado en el seminario de Teruel, habilitado como cárcel: "¿Por qué estuve encarcelado? Eso habría que preguntárselo a ellos.

Supongo que por mi ideología política de izquierdas, aunque no estaba ni estoy en ningún partido". Tenía 24 años, y al salir fue expulsado como funcionario. Realizó diversos trabajos, entre ellos dio clases en varios colegios de Zaragoza. Así estuvo, "sin profesión y sin publicar ningún libro", hasta 1945. Ese año aparece Poemas de dolor antiguo, que incluía la primera elegía publicada en la España franquista sobre Miguel Hernández.

La tentación del exilio llamó su puerta en 1946, pero no se decidió a dar el salto. En 1951 obtuvo el doctorado en Filosofía y Letras por la universidad de Zaragoza. Seguía "en estado de necesidad espiritual, y se me habían cerrado todos los caminos".

En 1962 aceptó la oferta de la universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, para ocupar la cátedra de Literatura Española. Fue el escritor Francisco Ayala -"uno de mis mejores amigos"- quien propuso su nombre. Ha sido, sin embargo, en la universidad de Nueva York donde ha pasado la mayor parte de sus 23 años de exilio, como catedrático de Literatura Española e Hispanoamericana. En ese país se conoce y estudia a nuestros clásicos, el Quijote, la comedia de Lope, Galdós y la generación del 98. "De los actuales, se conoce más a los hispanoamericanos que a los españoles".

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