Pujol insinúa que 'devolvería' competencias si no le satisficiese el nuevo modelo de financiación

J. L. M. I. La Generalitat de Cataluña estudiaría la posibilidad de "devolver competencias" por falta de recursos financieros si la negociación que mantiene con el Gobierno central para concretar una nueva fórmula de financiación autonómica no se resolviera satisfactoriamente para la comunidad autónoma.

El presidente Jordi Pujol se refirió ayer a esta hipotética decisión en una conferencia de prensa concedida para hacer resumen del primer año de su segundo mandato. Luego la matizó diciendo que no cree que la Administración central tenga "una voluntad de discriminar, frustrar y hacer fracasar a Cataluña como sociedad y como autonomía". El presidente no detalló la virtualidad jurídica de esa devolución de competencias.Pujol se mostró seguro de que habrá una solución aceptable al problema del actual sistema de financiación, pues sin eso "la Generalitat no podría hacer nada o casi nada, ni una escuela, ni una inversión, sin endeudarse más". También reveló que a principios de junio habla conseguido llegar con el ya ex ministro Miguel Boyer a un enfoque aceptable. "Lamentamos su marcha", precisó Pujol. "Coincidíamos bastante en el diagnóstico de la problemática de la participación de las comunidades en los ingresos del Estado, y estábamos de acuerdo en que el modelo actual funciona mal y es discriminatorio para Cataluña", añadió. El presidente de la Generalitat dijo tener buenas relaciones con el sustituto, Carlos Solchaga.

Pujol desveló también que el pasado 6 de junio se dirigió por escrito al presidente Felipe González para pedirle una entrevista, conjuntamente con Miguel Boyer, José Borrell, secretario de Estado de Hacienda, y el conseller de Economía, Josep Maria Cullell, sobre la financiación autonómica.

Pujol explicó que el otro gran problema del primer año de su reelección ha sido la mala concepción autonómica que, a su juicio, hay en España, y se mostró preocupado por la conducta de la Administración central. "Hay un proceso de generalización a la baja de las autonomías y temo que no se quiera reconocer el hecho catalán", dijo. Y concretó: "Queremos jugar la carta de la Constitución, porque creemos que permite un buen Estatut".