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El problema de los SALT II

The New York TimesEl presidente Reagan ha adoptado una decisión justa al posponer una clara violación americana de la limitación de misiles del tratado SALT II al próximo otoño. Planifica, desactiva y desmantela el anticuado submarino nuclear Poseidon cuando el más potente Trident se lanza al mar. De esta forma gana seis meses para las negociaciones de control de armas. También gana el tiempo que necesitaría para probar que a Estados Unidos no podría censurársele si fracasan. (...)Reagan tiene derecho a quejarse acerca del perturbador rearme soviético de la última década, pese a que pueda permitirlo el tratado. Los soviéticos tienen derecho también a quejarse del alarmante plan de Reagan sobre la guerra de las galaxias, pese a que está permitido. ( ... )

Es sólo una cuestión de tiempo, de un corto espacio de tiempo, antes de que estas afirmaciones lleguen a la violación del espíritu del control de armas y a destruir el objetivo de los acuerdos SALT I y SALT II. El primero ha expirado, y el segundo, debido a la intervención de Reagan, nunca fue ratificado. Sin embargo, tanto los soviéticos como los americanos se comprometieron a observar los acuerdos hasta que puedan negociarse nuevos tratados. Si Reagan y Gorbachov no estrechan las manos con firmeza antes de que expiren los SALT II en diciembre, estarán obligados a pasar de unas constructivas negociaciones a amargas recriminaciones acerca de su costoso fracaso.

La decisión presidencial sobre el Poseidon, aunque acertada, no resuelve de ninguna forma los desacuerdos sobre control de armas dentro de su propia Administración. ( ... )

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11 de junio

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