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Atentado terrorista en Madrid

Un directivo del Banco Central afirma que ETA no había exigido últimamente el 'impuesto revolucionario' a la entidad

Un directivo del Banco Central afirmó anoche que ETA no había exigido últimamente el impuesto revolucionario a esa entidad financiera. El director general, Ricardo Tejero, asesinado ayer, abandonó el lunes a las diez de la noche la primera planta -la planta noble- de la sede del Banco Central, en la calle de Alcalá, número 49. El director general le dijo al ordenanza que esperaba pacientemente su salida: "¿Qué, Claudio, cuándo nos jubilamos?". José González Pérez, el conductor de Ricardo Tejero, llegó como todos los días al garaje, sito frente al número 47 de la calle de Augusto Figueroa, lugar de encuentro de los chóferes del banco, a las 7.55 de la mañana del martes. A las 8.20 salió a la calle al volante de un Peugeot 505, color azul claro, para recoger en su domicilio al director general del Banco Central a la hora acostumbrada.

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La primera noticia del atentado llegó al banco gracias a una llamada dirigida a otro de los directores generales "de un cliente y amigo de esta casa, vecino del inmueble en que habitaba Ricardo Tejero, diciendo que acababa de presenciar el atentado", señala una fuente del Banco Central. "A los dos minutos nos llamó el propio chófer de Ricardo, confirmando lo sucedido".A las once de la mañana de ayer, la tranquilidad era aparentemente total en la amplia sala de operaciones del Banco, en el 47 de la calle de Alcalá. Los empleados volcados sobre sus máquinas, como si de un día normal se tratara, aunque mirando de reojo los movimientos que se producían en la fábrica. Los mandos intermedios intercambiaban en voz baja, al pie de las escaleras o subiendo en el ascensor, expresiones de consternación por lo sucedido. Cierto nerviosismo controlado era evidente en la primera planta, que se pobló enseguida de ex ministros, políticos, amigos de la casa, dispuestos a hacer patente su pesar.

"La dirección general está permanentemente reunida; esto es una riada de gente y de llamadas; la primera ha sido la del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Nos hemos dividido el trabajo entre los directores generales. Y además está la rutina diaria, que continúa como si no hubiera ocurrido nada. Esto es así de dramático. El trabajo debe seguir como cualquier día". Alfonso Escámez, presidente del Central, que se encontraba ayer en Berlín Este, emprendió de forma inmediata el regreso a "España.

Según un alto directivo del Central, sobre el Banco no pesaba ningún tipo de amenaza terrorista, ni había recibido en los últimos tiempos requisitoria de pago del llamado impuesto revolucionario por parte de ETA. "La única razón que encontramos para este asesinato es que Ricardo Tejero era la mano derecha de Escámez". Tejero era el típico profesional de banca, volcado en cuerpo y alma en su actividad profesional, siempre con más de 12 horas diarias de trabajo y una planificación de actividades absolutamente metódica.

Julia Domingo, la esposa del chófer José González, se llevó ayer "un susto de muerte" cuando a las 10. 15 recibió la llamada del guarda del garage. "¿Estás oyendo la radio? Pues no te asustes; tu marido está perfectamente".

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La Bolsa de Madrid, donde se conoció la noticia a poco de iniciar la contratación, reaccionó con serenidad y no se vio influenciada. Precisamente el Banco Central se encontró con un saldo por caja de 11.999 títulos, lo que le permitió subir dos enteros.

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