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El plan de reconversión del viñedo en Castilla-La Mancha prevé el arranque de 60.000 hectáreas de vid

Sesenta mil hectáreas de viñedo podrán ser arrancadas y más de 25.000 reestructuradas a lo largo de los próximos cinco años en la región de Castilla-La Mancha, según el plan de reconversión de este sector diseñado por la Consejeria de Agricultura de la Junta de Comunidades.

Esta actuación se engloba, según la mencionada consejería, en una política en todo el territorio nacional encaminada a corregir el cada vez mayor desfase entre los índices de produción y consumo, incentivando el consumo de vino, mostos y zumos de uva y el fomento de la exportación, en especial cara al ingreso en la Comunidad Económica Europea, así como para adecuar en calidad la oferta con la demanda.

Castilla-La Mancha, cuyas 760.000 hectáreas de viñedo aportan alrededor del 50% de toda la producción nacional de vino, es la región más afectada por la crisis vitivinícola y, después de Valencia y Jerez, la tercera que ha sido objeto del presente plan.

El plan es de carácter voluntario, y para acogerse al mismo la Administración exigirá el compromiso por parte de los productores de mantener el nivel de empleo y renta con el fin de no desproteger social y económicamente al sector. El viticultor que proceda al arranque del viñedo habrá de completar la explotación con otros sistemas productivos, agrarios o industriales agro-alimentarios, que garanticen al menos igual producción a la que existía antes de la reconversión y la misma proporción laboral.

Seis son las zonas de denominación de origen vinícola en la región: Almansa y Jumilla (en Albacete), Mancha (Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo), Manchuela (Albacete y Cuenca), Méntrida (Toledo) y Valdepeñas (Ciudad Real), más las superficies sin este registro de origen, repartidas por toda Castilla-La Mancha. Todas ellas se verán afectadas.

Créditos y ayudas

En la denominación de origen Mancha se prevé el arranque de más de 32.000 hectáreas (6% de todo el viñedo); Valdepeñas sólo necesitará arrancar sus cepas en un millar de hectáreas, pero tendrá que reestructurar 16.000, rejuveneciendo las viñas -en la actualidad, más de 19.000 hectáreas superan los 40 años de vida- y cambiando las variedades de uva o el marco de plantación. El 93% de uva blanca procedente de Valdepeñas no se adecua a la mayor demanda de vino tinto que existe. En total, 85.450 hectáreas en toda la región van a ser objeto del plan reconversor, lo que significa más del 11% de la superficie total de viñedo en Castilla-La Mancha.Entre las ayudas previstas para incentivar este plan, la Consejería de Agricultura concederá a fondo perdido 25.000 pesetas por hectárea de viñedo arrancado, equivalente al coste de dicha labor y preparación del terreno, y establecerá una línea de crédito oficial hasta alcanzar un 70% de la inversión total (80% en el caso de cooperativas o agrupaciones), orientando hacia actividades ganaderas o de regadío en el caso de que las condiciones lo hagan factible.

Otras ayudas complementarias del plan van dirigidas a las industrias vitivinícolas, con una subvención media del 20% de la inversión para mejorar los procesos tecnológicos que repercuten en la calidad de los vinos o los procesos de manipulación y comercialización. El cambio cualitativo, en detrimento de la producción masiva, cuyos excedentes vienen acabando en la destilación, es uno de los primeros objetivos del plan.

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