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España espera que esta tarde empiece en Bruselas la maratón negociadora con la Comunidad Económica Europea

Andrés Ortega

La esperada sesión maratoniana de negociación entre España y la CEE puede empezar esta misma tarde en Bruselas, según han manifestado fuentes españolas. El tema arancelario está más maduro, pero las distancias entre España y la CEE en cuestiones agrícolas y pesqueras -en las que formalmente no hay aún nueva postura comunitaria- son demasiado amplias para hacer posible un acuerdo en esta ocasión.Esta sesión de negociación -de la que el secretario de Estado Manuel Marín dijo que "difícilmente se podría llegar a cerrar capítulos, todo lo más acuerdos internos"- ha sido precedida de intensos contactos a todos los niveles con la ofensiva española.

Los ministros de Asuntos Exteriores de los diez se reunirán esta mañana en Bruselas para intentar fijar posiciones comunes que presentar a España por la tarde en materia arancelaria, siderúrgica, agrícola y pesquera. Debatirán asimismo la reforma del régimen vitivinícola en la CEE antes de la adhesión de España, aunque, dadas las resistencias italianas a introducir techos de producción en este campo y a aceptar que tal reforma es una condición previa para el ingreso de España, la cuestión del vino irá directamente a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Dublín la próxima semana, y que sin duda alguna se transformará en la "cumbre de la ampliación de la CEE", ya que los temas entonces pendientes habrán de ser examinados.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Etienne Davignon, encargado de los temas industriales, hará un informe sobre sus recientes conversaciones con la parte española. Tras esta intervención se formarán dos subgrupos de trabajo de los diez, uno sobre altos aranceles y desarme arancelario general, y otro sobre siderurgia. Estos subgrupos de expertos deben, por la tarde, volver a informar a sus superiores.

Así, si los diez fijan posiciones, se las remiten a la parte española. Ésta contesta. Tras una discusión a once, los diez vuelven a deliberar a solas. Y así pueden pasar horas o incluso días. Si hay algo sobre lo que deliberar.

Boyer indicó que se podría cerrar la cuestión aduanera, uno de los dos grandes temas (con el agrícola) de mayor incidencia económica para España. España busca un desarme general más lento al principio que al final. La CEE ya parece dispuesta a ofrecer un desarme lineal en siete años, en ocho tramos de 12,5%, y los españoles piensan que incluso se podría llegar a reducir los dos tramos iniciales a un 10% cada uno.

El mayor problema consistiría ahora en la reducción más rápida (en tres años) que quiere la CEE para algunos productos que entran en España con aranceles más elevados. España confía en lograr que en esta categoría sólo entren media docena de categorías de productos. En cuanto a los automóviles, para su venta en España, se abriría un contigente con arancel reducido, cuya cuantía y tipo de gestión son aún tema de debate. El Reino Unido quiere que España abra más su mercado a los camiones y autobuses.

Boyer, en lo que parece un cambio de estrategia del Gobierno español, afirmó que no se busca intercambiar "posiciones industriales por posiciones agrícolas". Ya no se negocian naranjas contra coches. Cada capítulo según sus méritos propios. Esto, según fuentes españolas, no está destinado a debilitar la postura española en agricultura, sino a reforzarla. Se rompe -si las palabras de Boyer confirman el cambio de estrategia- la idea del paquete por parte española, cuando, por ejemplo, la República Federal de Alemania, quizá ahora empujada por Francia tras el reciente encuentro entre Helmut Kohl y François Mitterrand, plantea la solución, al menos entre los diez, de los temas pendientes como un "paquete".

Por otra parte, los diez examinaran la respuesta española respecto al aceite de oliva, que pide la aplicación íntegra -progresivamente- desde la adhesión del acervo comunitario en la materia, a saber, aproximación de los precios españoles a los comunitarios sin esperar a una reforma del sistema en la CEE, acceso a las ayudas a la producción y al consumo en la medida necesaria, capacidad de almacenamiento anual a cargo de la CEE de un 25% de la producción media anual y otras cuestiones. En cuanto a la "congelación" durante 5 a 10 años del régimen comercial exterior español para otros aceites, España rechaza que sea una concesión de la CEE, y pide ayudas para algunos de estos productos, como el aceite de girasol.

En pesca la situación es difícil. Los diez no se ponen de acuerdo sobre el período transitorio que ofrecer a España para el acceso de nuestros pescadores a las aguas comunitarias.

En asuntos sociales ni la RFA (sobre la equiparación de las prestaciones familiares a los trabajadores españoles y su acceso al trabajo) ni Luxemburgo (con los 10 años de período transitorio que reclama) están aún dispuestos a ceder. En cualquier caso, antes de resolver la cuestión con España, habrá que hacerlo con Portugal, que también negociará a partir de hoy o mañana con los diez.

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