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Los bancos extranjeros estudian fijar los tipos de interés de sus créditos por debajo del practicado por los nacionales

Algunos de los principales bancos extranjeros que tienen abierta una sucursal en España consideran la posibilidad de anunciar, en los primeros días de septiembre, una reducción significativa de los tipos de interés que aplican en las operaciones con sus mejores clientes (tipos preferenciales), que podrían situarse incluso por debajo de los que tienen fijados los grandes bancos nacionales. Esta decisión supondría que, por primera vez desde que se instalaron en España, los bancos extranjeros prestarían más barato que los españoles.

Los grandes bancos extranjeros que operan en España, y que obtienen la mayor parte de sus fondos del mercado interbancario, pueden ofrecer unas condiciones de préstamos y créditos más ventajosas de lo que lo hace la banca nacional con una base de recursos centrada en el ahorro doméstico.La actual liquidez del sistema financiero, debida al crecimiento de las magnitudes monetarias de los últimos meses y a la escasa demanda de crédito privado, ha hecho que los tipos de interés que se practican en las operaciones del mercado interbancario se mantengan muy bajos en relación a períodos anteriores.

Tanto en el Banco de España como en las instituciones privadas de crédito se considera que la recuperación del excedente empresarial está siendo destinado por las empresas a mejorar la relación entre fondos propios y fondos ajenos en lugar de aumentar la capacidad productiva. La caída de la demanda interna de consumo experimentada en lo que va de año no ha propiciado que las empresas selanzaran a aumentar su producción.

No obstante, el ajuste exterior de la economía española y la reducción de la tasa de inflación, unido al convencimiento de que en 1,985 el consumo interno volverá a ocupar una posición preponderante en el conjunto del crecimiento económico, obliga a plantearse la necesidad de abaratar los costes financieros. En este sentido hay que interpretar las declaraciones de los principales responsables económicos de la Administración anunciando una reducción del coste de los créditos para la segunda mitad del año y la reacción casi inmediata de los grandes bancos nacionales, y algunas cajas de ahorro, modificando a la baja los tipos de interés preferenciales.

La tendencia de la tasa de inflación de irse ajustando hacia el 8% previsto para finales de año y la mejora del sector exterior, que está permitiendo una acumulación de reservas, como no se conocía desde hace varios años, son las variables económicas que permiten esta reducción. En cualquier caso, como señalaba un reciente documento de la CEOE, la rentabilidad real que las instituciones financieras perciben en estos momentos por sus préstamos y créditos es la más elevada del último período: en torno al 8%.

Los responsables de los bancos extranjeros que estudian en estos días la posibilidad de modificar a la baja los tipos de interés preferenciales consideran que esta rentabilidad real es muy elevada y que no tiene especial sentido mantenerla en esas cotas. Según estas fuentes, no se puede seguir prestando dinero a tres años a un tipo de interés,del 18%, en el más barato de los casos, si se aceptan las previsiones en materia de inflación del Gobierno que persiguen alcanzar una inflación del 6% para finales de 1986. Ello significaría una rentabilidad real de 12 puntos que parece excesivamente alta. También puede representar que, en realidad, no se aceptan las previsiones gubernamentales y se piense que más pronto o más tarde las tensiones inflacionistas van a volver y que no se conseguirán obtener los resultados esperados.

En este sentido también se critica que el Tesoro haya puesto en marcha la segunda emisión de obligaciones del Estado (a cinco u ocho años de amortización) a un tipo de interés del 16%. Para estas fuentes, la Administración estaría apostando por unas tasas altas de inflación, ya que la cantidad de dinero a largo plazo que obtiene mediante esta emisión es muy reducida y no justificaría pagar tan caro el dinero.

A pesar de esto, con el tipo de interés que se práctica en el mercado interbancario y con el convencimiento de que el Banco de España no va a permitir que suban, algunos bancos extranjeros afilan al máximo sus lápices para anunciar que prestarán por debajo de los bancos españoles a sus mejores clientes.

Riesgos importantes

La apuesta que estás instituciones financieras están a punto de plantear tiene unos riesgos importantes que están siendo valorados. El principal de ellos reside en que los bancos extranjeros dependen de la banca nacional y de las cajas de ahorro a la hora de establecer el coste financiero de sus recursos. Obligados por ley a crecer en pasivo por la vía de tomar dinero en el mercado interbancario es decir, pedírselo prestado a bancos y cajas-, cualquier variación en los tipos de interés de este mercado puede echar por tierra todas sus previsiones y su cuenta de resultados.

La estructura de costes de los bancos extranjeros es muy simple. La principal partida viene representada por los costes financieros y que, en su mayoría, corresponden a lo que les cuesta tomar dinero en el mercado interbancario de otras instituciones financieras. Los costes de transfórmación, dada su escasa plantilla, son mínimos y están en torno a un punto. Los bancos extranjeros pueden conceder sus créditos al precio del interbancario más un diferencial de dos puntos para que sus cuentas de resultados resulten positivas. Este precio sería más bajo que el de los grandes bancos españoles.

El problema surge si se tiene en cuenta que la banca extranjera depende de las oscilaciones del mercado interbancario. Una decisión de prestar a un coste inferior de lo que lo hacen los bancos nacionales podría originar, como contrapartida, una reducción de las líneas de interbancario o una elevación unilateral del precio del mismo por parte de las instituciones españolas, que tratarían así de no perder clientes. Esto es, al menos, lo que temen los bancos extranjeros.

Las posibles soluciones para no impedir bajar el preferencial pasan por alcanzar acuerdos con bancos y cajas de ahorro de mantenimiento de líneas de dinero., al margen de las decisiones que tomen sobre las operaciones de activo, o por tener el convencimiento de que el Banco de España va a mantener una liquidez del sistema que haga improbable una subida de los tipos de interés en los préstamos entre instituciones financieras.

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