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Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

Edwin contra Carl

ENVIADO ESPECIAL"¡Vuela, Moses, vuela!", gritaron los negros del Coliseo de Los Ángeles. Y el viejo rey de las vallas, el discípulo de una escuela en la que fue profesor el mártir Luther King, volvió a volar y a ganar el oro para Estados Unidos, al igual que hizo en Montreal hace ocho años. Edwin Moses, que el pasado año ganó mas de 68 millones de pesetas, le ha demostrado a Carl Lewis, con el que no mantiene buenas relaciones a causa de los contratos publicitarios, que no es un atleta pasado.

Su sueño de ser médico para ayudar a los demás no podrá cumplirlo, pero como hombre de negocios tiene el porvenir asegurado. Piensa seguir compitiendo seis años más, lo que significa que aún participará en Seúl.

El deporte amateur es un buen negocio. Edwin Moses por medio de la firma con la que mantiene una exclusiva publicitaria, tenía concertado un seguro con Lloyd's de Londres mediante el cual, si a causa de una lesión no podía competir en Los Ángeles, percibiría 105 millones de pesetas, y su casa comercial, 45. Para después de los Juegos Olímpicos le espera un contrato con una casa de películas fotográficas que le reportará 21 millones de pesetas.

El dinero y la fama han sido la causa de sus tirantes relaciones con Carl Lewis, que se permitió, tiempo atrás, realizar unas declaraciones en las que le llamó viejo, mal publicitario y le acusó de tener una mujer, Mireya, que sólo se preocupa por controlar el dinero que ha de percibir por cada victoria o cada récord.

Moses no tomó en cuenta las palabras de Lewis, pero Mireya salió al paso y vino a responder que ya no recordaba cuando acudía a su casa para pedir consejo y solicitar autógrafos. Para la mujer de Moses fue de mal gusto que Lewis les invitara a visitar la lujosa mansión que ha adquinido y los coches que tiene.

Mireya, una germana nacida en Berlín, conoció a Edwin en uno de los viajes que éste realizó por Europa. Mireya sabe'cómo tiene que dirigir a su marido en los negocios, y es ella la que trata directamente con el apoderado Gordon Baskin. Mireya y Moses viven más modestamente que Lewis, en Laguna Hills (Ohio).

Moses logró en la tarde del domingo su 105 victoria consecutiva. Junto al campeón, obtuvo, la medalla de plata su mayor admirador, Danny Harris, nacido como él en Daytona y alumno también del colegio en el que enseñó Martin Luther King. Danny Harris, que sólo tiene 19 años, núde 1,87 y pesa 77 kilos -Moses nació el 31 de agosto de 1955, mide 1,88 y pesa 79 kilos-, se inició en el baloncesto, pasó por el salto de longitud y posteriormente hizo triple. Las familias de Moses y Harris son amigas desde hace muchos años, y Danny, llevado por su admiración hacia Edwin, cambió los saltos por las vallas.

Moses hizo el domingo simplemente lo que había dicho su mujer, que siempre habla por los dos: "Vamos a ganar porque así está escrito, y así será". En el estadio, tras su triunfo, apareció una pancarta que decía: "Moses for president".

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