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España y los 'diez', en la última fase de la negociación

La CEE hará concesiones a España para desbloquear la actual situación y relanzar las negociaciones

Andrés Ortega

La CEE hará hoy, según las previsiones existentes ayer, algunas concesiones a España en la sesión de negociación que esta tarde se desarrollará en Luxemburgo. Estas concesiones, destinadas a desbloquear,la situación y relanzar la negociación, son aparentemente reales en cuestión de desarme arancelario industrial, pero superficiales en lo que se refiere a la agricultura. Según Mentes comunitarias, el momento de las grandes concesiones no ha llegado aún, y la CEE aguarda a que España dé un paso importante y acepte las grandes líneas del período transitorio que plantea la Comunidad.

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ENVIADO ESPECIAL,Los ministros de Asuntos Exteriores de los diez no lograron ayer ponerse de acuerdo sobre qué propuestas hacer a España. Tras encargar la labor a los expertos volverán a reunirse esta mañana. Entre tanto, habrán desayunado juntos el ministro de Asuntos Exteriores español, Fernando Morán, y el secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, Manuel Marín, con sus homólogos franceses, Claude Cheysson y Roland Dumas, respectivamente, que asisten a la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Comunidad.La apertura en materia de desarme arancelario para la industria consistirá en ofrecer a España un período de seis años (la anterior oferta era de tres), dividido en siete etapas. Sin embargo, ayer tarde se planteaba aún el problema de si este desarme sería regular y progresivo, o bien requeriría un ritmo más rápido, como desean, entre otros, los británicos para aquellos aranceles superiores a un 20%. Todo ello indica, sin embargo, que el resultado final será un período de siete años, cifra más alta que busca España para todos los sectores. Es, sin embargo, crucial precisar cuándo se produciría el desarme inicial, pues en esta operación se juega la suerte de buena parte de la industria española.

Dos fases de transición

La agricultura parece, sin embargo, otro cantar, y no cabe esperar más que aperturas simbólicas. Así, en un esfuerzo para lograr un compromiso, Francia propuso que las frutas y hortalizas españolas gozarán, desde el primer día de la adhesión, del acceso a algunos fondos de subvenciones de la CEE -columna vertebral de la Comunidad-; pero con tantos límites y condicionantes que la oferta no pasa de ser méramente superficial.

Francia mantiene el período de transición en dos fases (cuatro y seis años) para la integración del sector horto-frutícola español. Durante la primera fase -ahora brillantemente llamada de verificacion de la convergencia-, las subvenciones irían -a fomentar la creación de lasnecesarias, según el sistema comunitario, organizaciones de productores. Otra parte iría a la intervención en el mercado para mantener estos productos. Pero sólo para los normalizados y con una política restrictiva de precios.

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En resumen, la CEE se gastaría muy poco, y las frutas y hortalizas españolas seguirían siendo tratadas como un país tercero. Así, la CEE fijaría un techo límite de estas subvenciones: un máximo de cinco millones de ecus (650 millones de pesetas), una cifra considerada ridícula por parte de los negociadores españoles.

Y en cuanto a la progresividad de las exportaciones españolas de este, sector hacia la CEE, durante la primera fase Francia estaría dispuesta a rebajar en un 1% cada año durante la primera fase las tasas compensatorias que se aplican para frenar estas importaciones si peligra el mercado comunitario. Visto de otra forma, al cabo de cuatro años seguiría aplicándose a los productos industriales españoles el 96% de estas tasas. La declaración agrícola de la CEE no menciona rá el vino ni las materias grasas al no haber acuerdo interno. En cuanto a concesiones en el secto de los productos continentales (que Italia quería para frenar las concesiones en los productos mediterráneos), la CEE rechaza el sistema de contingentes a la importación en España que pedía Madrid, considera suficiente el sistema de vigilancia que propone, y en cualquier caso la CEE prefiere que España insista y negocie, con concesiones en otros campos, sobre este tema.

La importante sesión de hoy, en la que España contestará en materia pesquera, no será una maratón. En principio están previstas tres horas, que servirán más para una "explicación mutua a fando", según fuentes comunitarias, que a una verdadera nego ciación. La CEE quiere dar un paso simbólico y forzar a España a aceptar sus términos. El camino a recorrer es aún largo para llegar al acuerdo.

De otro lado, y en opinión de Lorenzo Natali, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la ampiación de la CEE, Portugal y la Comunidad pueden cerrar satisfactoriamente el capítulo sobre agricultura en la próxima sesión ministerial, prevista para el 23 de julio.

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