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El índice batió limpiamente el récord de la semana anterior

El fondo de resistencia de que venía haciendo gala la bolsa a lo largo de las últimas semanas se puso ayer nuevamente de manifiesto. El dinero afluyó netamente y empujó al alza a casi todos los valores, especialmente a aquellos mejor ponderados en el índice general. Así, éste consiguió una ganancia de 71 centésimas y, lo que es más importante desde un punto de vista psicológico, marcó el récord en lo que va transcurrido de año.Al situarse en 122,07%, el índice ha superado ampliamente la estratégica cota del 121,5%, que era considerada por algunos expertos como el inicio de una irresistible marcha ascendente de la bolsa en las próximas semanas. Una elevación que, según los más optimistas, podría llegar hasta el 130%. Ya se verá si se cumplen estas previsiones, que están basadas en factores tanto psicológicos como reales.

Por una parte, los inversores extranjeros, que vienen operando tímidamente en Madrid, deben verse más animados a intervenir progresivamente en el mercado madrileño, ya que una elevación del índice por encima del 122% permite esperar la posibilidad de obtener sustanciosas plusvalías.

Desde el punto de vista de los inversores españoles, las nuevas medidas respecto al tratamiento fiscal de otros activos financieros están empujando a los ahorradores hacia la renta variable. Este efecto, que aún no es generalizado ni muchísimo menos, tenderá a ampliarse en el futuro. Y quizá lo que es más importante a corto plazo, ha impedido que aquellos inversores que habían apostado previamente por las acciones se hayan encontrado con que difícilmente podrían salir de ellas para entrar en otros activos que les prometiera lo que la bolsa les está ofreciendo.

A estos dos hechos básicos deben añadirse los efectos indirectos de la situación internacional, que a pesar de la incertidumbre sobre el futuro de los tipos de interés norteamericanos parece encaminarse a cierta estabilidad puesta de manifiesto por el retroceso del precio del oro y la contención -cuando no puro abaratamiento- del petróleo en el mercado libre. Eso permite esperar la obtención de buenas plusvalías en aquellas inversiones colocadas convenientemente.

Por todo ello, la evolución de valores como petroleras y eléctricas -aunque estas últimas están perdiendo cierto empuje y comienzan a abrirse fisuras en los corros- deben verse favorecidas en las próximas jornadas.

Los bancos, por el contrario, continúan alimentando la apatía de los inversores, que tienen miedo de los nuevos corsés que Hacienda planea encasquetar a estas entidades.

Queda por hacer una reflexión sobre el comportamiento de la bolsa en la sesión del lunes: en la primera sesión de esta semana el movimiento de dinero fue más importante de lo que se apreció en los corros. Quizá las operaciones al cierre fueron importantes, pero lo cierto es que el volumen de contratación de aquella jornada se elevó a 815,3 millones de pesetas en acciones, siendo el total (con efectos públicos y obligaciones) de 1.088,1 millones de pesetas: unas cantidades muy en consonancia con las negociadas durante el resto de la semana.

En estas condiciones cabe esperar un afianzamiento de la tendencia alcista que debe perdurar por lo menos en las dos próximas jornadas, con una posible flexión a la baja en la última sesión semanal por la realización de beneficios.

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