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La cosecha de cereales de secano será muy buena este año, según las previsiones de la Administración y los agricultores

Las lluvias de primavera y las buenas condiciones climatológicas en general permiten augurar que la actual campaña agrícola puede ser una de las mejores de los últimos años, en los que la sequía afectó negativamente a los niveles totales de producción agraria y ganadera. Los malos años anteriores, no obstante, han tenido como efecto positivo una implantación general del seguro agrario, cuyas cifras eran, hasta ahora, inapreciables. Los cereales de invierno, las expectativas de la cosecha de aceituna, la aparición de pastos para el ganado extensivo y la existencia de agua embalsada suficiente para que se pueda regar en Extremadura son los datos positivos actuales. Por el contrario, la cosecha de la almendra se ha perdido en un 50%, la vega de Murcia tiene problemas de agua aún no resueltos y la Administración volverá a impedir que en las marismas sevillanas se plante arroz en cantidades consideradas normales.

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La producción final agraria en 1983 se situó en 2,1 billones de pesetas

El Ministerio de Agricultura y los propios agricultores y ganaderos se muestran optimistas ante la evolución climatológica de este año. Aunque aún existen problemas en algunas zonas de España, las perspectivas desde el punto de vista agrícola son especialmente buenas en la actualidad. Una buena cosecha no está asegurada todavía porque una oleada de calor o un pedrisco podrían echar a perder los tallos que hay en el campo. No obstante, si no se producen imprevistos, la cosecha será buena.Los informes semanales del Ministerio de Agricultura sobre situación de los campos y evolución de las cosechas reflejan este optimismo. Las especificaciones por comunidades autónomas muestran que en todas ellas los cultivos de secano se encuentran en buena situación, e incluso en algunas zonas los calificativos son muy positivos. Los agricultores, una vez que han pasado las nieves del mes de marzo, continúan sus labores de abonado, que reflejan un reconocimiento de que, la situación agraria ha mejorado respecto a 1983 y la confianza en que no se va a torcer. Las estadísticas de salida de productos de abono de las fábricas muestran a las claras esta situación de confianza.

Cataluña, Castilla-León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Valencia y Andalucía muestran en los informes semanales que la evolución de los cereales es buena. En Extremadura, incluso, no se ha podido empezar la siembra del girasol por el exceso de humedad existente en la tierra. Los informes señalan también que la salida de la aceituna en el olivo está teniendo lugar en condiciones buenas, lo que permite augurar una buena cosecha.

En Valencia, el secano presenta un aspecto excelente, tanto en vid como en cereales, y las perspectivas "para estos últimos son de una buena cosecha". El desarrollo de la uva aún no ha empezado a producirse.

Buenos pastos

Las lluvias han favorecido, por otro lado, un buen crecimiento de los pastos, que permite que la ganadería extensiva se alimente exclusivamente de éstos en Castilla-La Mancha y Extremadura sin necesidad de que se le ayude con concentrados. El abaratamiento de los costes de producción que ello comporta se dejará sentir en los próximos meses.

Al margen de la evolución climatológica positiva, los ganaderos cuentan en la actualidad con dos datos favorables. La marcha del tipo de cambio de la peseta frente al dólar, estable en lo que va de año, aunque se hayan producido desajustes temporales como consecuencia del comportamiento general del dólar en los mercados, es uno de ellos, y las previsiones de precios para el maíz y soja, el otro. La evolución del precio del maíz en el mercado de futuros se estima en que dentro de un semestre se inicie una nueva subida; por el momento continúa su tendencia a la baja, lo mismo que ocurre en el caso de la soja, cuyo mercado se halla estabilizado. El cambio de tendencia en el comportamiento de los precios de los productos alimenticios dentro del índice general (le precios al consumo confirma estas apreciaciones. Merece la pena recordar que en febrero pasado el índice de precios de alimentación registró un crecimiento negativo. En los próximos meses es normal que continúe esta tendencia.

La acumulación de agua en los embalses que riegan Extremadura es suficiente para asegurar que en la próxima campaña se va a poder utilizar el agua para el riego. Con ello se despeja una de las principales incógnitas de la región.

No todos los datos agrícolas son positivos. En Valencia se da por perdida ya la mitad de la cosecha de almendra, aunque a nivel nacional será una cosecha superior a la de 1982.

La plantación de arroz en las marismas sevillanas y las vegas del Júcar y el Segura son los principales problemas en la actualidad. En 1983, y ante el bajo caudal del Guadalquivir, la Administración pagó 800 millones de pesetas a los arroceros para que redujeran la superficie plantada. El cultivo del arroz necesita cantidades importantes de agua y la localización de estas tierras en las proximidades de la desembocadura del Guadalquivir plantea problemas de posible salinización de la tierra si el río no baja con suficiente caudal. Las previsiones para este año, aunque algo mejores que en 1983, no son todo los favorables que deberían, y se considera poco rienos que imprescindible que este año tampoco se siembre todo lo posible.

La falta de agua en el Júcar y el Seguraprovoca problemas en esas zonas que se tratan de paliar con riegos extraordinarios, a pesar de los bajos niveles de los embalses, y con autorizaciones limitadas para trasvasar agua del Tajo, aunque éstos siempre serán cortos e insuficientes.

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