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La gran noche de la televisión en Cataluña

Lluís Bassets

No un conjuro de los astros, sino una precisa matemática calendaria, limitada por la campaña electoral, convirtió la noche del jueves en estrella de toda la historia de la oferta televisiva en Cataluña. Por primera vez desde que existe el canal catalán, se juntaron tres auténticos platos fuertes en una misma franja horario. Ni los poseedores de vídeo pudieron con todo el menú.En la primera cadena, Mercedes Milá juntaba a Pablo Porta, víctima reciente de la petaca que le ha hecho el gobierno socialista; al ministro del Interior, José Barrionuevo -a la misma hora en que la vecina ORTF transmitía su reportaje sobre los vascos irreductibles, y después de la discutida encerrona policial a un comando de ETA en Pasajes- y a la abogada de Carmencita, la nieta de Franco, en su pleito marital por la tutela del hijo que resta de su matrimonio.

Mercedes Milá bordó el acierto al saber salir al paso de Pablo Porta cada vez que éste intentó contestar cosas distintas a las que le preguntaba, y su calidad como entrevistadora le llevó a confesar, sin que Pablo Porta pudiera demostrar lo contrario, que nada de lo que decía era creíble y que en realidad todo el mundo conoce ya el pelaje del todavía presidente de la federación de fútbol.

El canal autonómico

En la segunda cadena, Gilda, el guante, la bofetada, todo muy apropiado para quienes deseaban pasar de largo de política y de actualidad para sumergirse en el mito. En el canal autonómico TV-3, el debate en directo entre los cinco candidatos a la presidencia de la Generalitat, 24 horas antes del cierre de la campaña. Y para redondear la oferta, al terminar la emisión de ámbito estatal, a las tantas, el centro catalán de RTVE ofreció por la primera cadena el último espacio de una serie de entrevistas con los mismos cinco candidatos a la presidencia de la Generalitat, que correspondió al actual presidente, Jordi Pujol.Ayer mismo, el dirigente de Convergència volvió a aparecer en TV-3, en una entrevista aparentemente no política de media hora. Así, gracias también, ya no a una matemática, sino a un preciso cálculo, Pujol sumó entre ayer y anteayer una hora y media de comparecencia televisiva de ventaja respecto a los otros candidatos, justo en la frontera del inicio de la campaña, momento en que la aparición en los medios de comunicación públicos debe someterse alas normas de la junta electoral, para respetar escrupulosamente una igualdad de tratamiento y de tiempo de pantalla.

Las entrevistas realizadas por el director de Informativos de RTVE en Cataluña, Enric Sopena, y por la redactora de Miramar Georgina Cisquella, que se cerraron con Pujol, han sido todo un modelo de periodismo crítico, alejado de la reverencia y del sometimiento de los informadores a los políticos. La dureza de las preguntas y requerimientos de Sopena y de Cisquella han funcionado casi en proporción a la fuerza política de los entrevistados. Exactamente lo contrario de las preguntas formuladas en el debate de TV-3, confeccionadas a medida de cada entrevistado.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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