Un Jubilado republicano
Al final de la guerra 1936-39 salí de España con la flota republicana. Estuve en situación de exiliado político hasta 1977, cuando después de encuestas y más encuestas, tuvieron a bien concederme un pasaporte. Llegado a España, reclamé la pensión de jubilación correspondiente al período de actividad profesional que había efectuado durante 13 años (1923-36) antes de la guerra. Presenté los correspondientes certificados de trabajo en las Notarías de Juan Gironés Gisbert (Cartagena) y José Lamberto Espinosa Gonzalbo (Barcelona).La respuesta que se me dio en el Instituto Nacional de Previsión, fue negativa: los hombres de ley que fueran mis patronos no habían cotizado por mí al Régimen de Retiro obrero. obligatorio.
Tras seis años de reclamaciones, sin resultado positivo alguno, el primero de junio de 1983, comparecí ante Magistratura de Trabajo de Barcelona. Había pedido que se me aplicara la Ley de Amnistía en virtud de la cual el Estado podía sustituir a mis patrones y tomar a su cargo las cotizaciones no satisfechas por éstos. Mi sorpresa fue grande: esta ley de Amnistía había estado en vigor sólo durante un corto tiempo, habiendo sido después derogada. Todo eso acompañado de comentarios relacionados con mi exilio voluntario (?) de cerca de 40 años.
Resultado: habiendo trabajado en España, no tengo derecho a la pensión correspondiente a mi actividad laboral. /