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Un templo desconocido para los madrileños

Planes para concluir la catedral de la Almudena, tras 100 años de obras

"Si le dice a un taxista que le lleve a la Almudena, en un 99% de los casos le trasladarán al cementerio, y si hace una encuesta en la calle sobre la iglesia catedral la mitad de los consultados no sabrá siquiera dónde está". Quien habla es Ángel Manuel García, presidente de la Fundación Villa y Corte, que cree muy fácil acabar la catedral. "Mis cuentas, aunque son de andar por casa, indican que para conseguir 500 millones de pesetas, medio millón de madrileños tendrían que poner 333 pesetas durante tres años, o 27 pesetas al mes. Me parece inimaginable que no haya medio millón de madrileños que, por uno u otro motivo, no quieran terminar la catedral".La solución propuesta ha sido utilizada en otros países. Consiste en conseguir una aportación fija por parte de todos los interesados, cuyo nombre figuraría de alguna forma en la catedral como recuerdo. De adoptarse, se lograría terminar la catedral sin tener que depender de la ayuda de los distintos organismos que forman el Patronato para la Terminación y Exaltación de las Obras de la Almudena.

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Una larga historia de intentos frustrados

Un patronato, en cuya constitución en 1978, figuraron José Luis Álvarez, Felipe Ruiz de Velasco, Adrián Piera, Vicente Enrique y Tarancón y Lucio del Álamo, en su calidad, respectivamente, de presidentes del Ayuntamiento de Madrid, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, el Arzobispado de Madrid-Alcalá y la Asociación de la Prensa. Luego, a título personal, como patronos de honor, firmaron entre otros, Alfonso Armada Comyn; Antonio María de Oriol y Urquijo; José Camón Aznar; Alfonso Escámez, Juan de Arespacochaga, y Torcuato Luca de Tena.

A pesar del poder de las instituciones y personas implicadas, el patronato sólo consiguió proseguir las obras a lo largo de un año, durante el que se invirtieron 50 millones. Después, nada.

Las demoras no son ninguna novedad. Tras la guerra civil, el Gobierno prefirió emplear una partida que iba a dedicar a la catedral en la terminación del Valle de los Caídos. La Iglesia, en tiempos del arzobispo Vicente Enrique y Tarancón, prefirió congelar el proyecto ante la necesidad de construir parroquias en la periferia. Las obras, con un ritmo más o menos lento, quedaron así a cargo del ayuntamiento.

Al quedar detenida la construcción en 1979, el lugar se convirtió en punto de cita de delincuentes, drogradictos, escolares aventureros y familias de raza gitana. Las enormes maquetas del edificio que se conservaban en uno de los cuartos fueron destrozadas; cuatro perros del vigilante fueron envenenados el año pasado; un escolar de 12 años resultó herido al caer por el hueco de las escaleras construidas en el último empuje dado a las obras; algunas vidrieras fueron rotas; el vigilante encontró quemado uno de los grandes planos del edificio -copia del proyecto original, del marqués de Cubas-, y el plomo de las cañerías de la terraza del Arzobispado fue robado.

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Gradual deterioro

Para poner fin al gradual deterioro, la presidencia del patronato se planteó, después del verano, la necesidad de adoptar una solución a corto plazo. La decisión adoptada fue la edición, desde el pasado mes de noviembre, de una revista, Catedral de la Almudena, cuyos ingresos serán dedicados a pagar, desde principios de 1984, un sueldo a tres o cuatro canteros que trabajen diariamente en el edificio.El paso siguiente fue solicitar al tenor Plácido Domingo un recital en el campo del Atlético de Madrid, cuya patrona es, precisamente, la Virgen de la Almudena. Este recital podría celebrarse en el mes de junio, y los ingresos se emplearían para comprar material.

Paralelamente, se quiere dar a conocer las obras a los madrileños mediante jornadas de puertas abiertas. De esa forma, los interesados y curiosos podrían ver, por primera vez, la nave central y las dos laterales, construidas totalmente hasta el crucero, la girola y la sacristía, todo ello oculto.

Como ocultos están varios objetos que sería necesario rescatar tales como la campana original de la iglesia de Santa María, primera parroquia que tuvo Madrid, que se encuentra en medio de maderas y hierros, y una de las dos grandes campanas que se pondrán en la catedral cuando se acabe. O las copias de apuntes y dibujos de los proyectos, amontonados en un cuarto sin condiciones, junto al cual el vigilante planta ajos y patatas en un pequeño huerto.

Este ocultamiento impide ver que la obra se encuentra construida en un 80%, según afirmó Federico Chueca Goitia, sexto arquitecto que se encarga de la catedral. Chueca confirmó que el coste de la obra por terminar se sitúa en unos 500 millones de pesetas.

"Hasta ahora se han podido gastar en las obras unos 2.000 millones de pesetas -de ahora-, pues la cripta fue muy costosa. Si se consiguiera el dinero que falta y se acabara la Almudena, estoy convencido de que recibiría los plácemes de aquellos que hoy tienen puntos de vista dubitativos".

Lo que está claro es que el Ayuntamiento de Madrid no va a seguir la política anterior. "No estamos dispuestos a hacemos cargo de las obras, y por eso en el pleno de noviembre rechazamos la propuesta del Grupo Popular de dedicar 50 millones de pesetas para este fin", manifestó Juan Barranco, primer teniente de alcalde."Estaríamos dispuestos a ayudar a organizar un festival o, incluso, dar un donativo para las obras, pero primero es necesario que el patronato decida qué quiere hacer con la catedral".

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