Miguel Boyer pidió nuevos sacrificios a los responsables de los grandes bancos
Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda, anunció a los presidentes de los ocho grandes bancos nacionales, a los que acompañaba el presidente de la patronal AEB, que en los próximos meses se pondrán soluciones a los problemas derivados del perfeccionamiento del sistemna de regulación monetaria, aplicación del coeficiente de caja, nuevo coeficiente de inversión y análisis y liquidación de la crisis bancaria.Boyer propuso un calendario para que la banca devuelva los adelantos que ha hecho el Banco de España para sanear al sector, un billón de pesetas, en un plazo que terminará en la década siguiente y anunció la necesidad de nuevas colaboraciones en 1984 ya que va a ser decisivo. Alfonso Escámez, presidente del Banco Central será quien, a partir de ahora, convoque los almuerzos de los presidentes de los grandes bancos.
El ministro de Economía declaró, al término del almuerzo celebrado en el Banco de España aprovechando el relevo de José María Aguirre Gonzalo en la presídencia de Banesto, que había explicado a los presidentes de los principales bancos -Central, Banesto, Hispano, Bilbao, Vizcaya, Santander, Popular y Exteriorlas líneas maestras de actuación sobre los principales problemas que preocupan al Gobierno. Respecto a la reprivatización de las empresas de Rumasa el ministro afirmó que no se había planteado que va a presentar a un próximo Consejo de Ministros el plan global que, una vez aprobado, se pondrá en marcha.
Mantener los objetivos monetarios
Entre los temas tratados, que según Miguel Boyer no presentaron discrepancias de principios entre los asistentes, destaca la aplicación del nuevo coeficiente de caja, el perfeccionamiento del sistema de regulación monetaria, y los principios que regirán el nuevo coeficiente de inversión. Para el ministro, la modificación de los coeficientes tiene como principio básico lograr que éstos sean semejantes para todas las instituciones y que se lleguen a alcanzar remuneraciones de los depósitos por ellos cautivos lo más cercanos posible a los de mercado. Miguel Boyer declaró que no hará falta aumentar el porcentaje total de recursos cautivos, si nadie duda que la Administración está dispuesta a utilizar todos los instrumentos en su mano para mantener los objetivos monetarios.Respecto a la aplicación concreta del nuevo coeficiente de caja, y su relación con los objetivos monetarios del Gobierno, Miguel Boyer afirmó que no había cuantificado su volumen en la comida con los presidentes de los bancos pero que había dejado claro que su intención era que el Banco de España no emita certificados de regu ación monetaria a partir del próximo mes de enero y que es partidario de que se produzca un ajuste suave en el tránsito del modelo actual al que establece el coeficiente de caja y de depósitos obligatorios. Boyer es partidario de una sustitución gradual y progresiva de los actuales CRM por pagarés del Tesoro a un año que saldrán al mercado.
El estrechamiento entre los tipos de interés de estos dos instrumentos, que está teniendo lugar, facilita dicho acoplamiento. A lo largo de este año la banca tendrá que suscribir cantidades mayores de pagarés, que sustituyan a los CRM hasta que el ahorro privado participe mayoritaríamente. Entre tanto se podrá hablar de un coeficiente de caja general, subdividido en tres tramos de distinta remuneración. El nuevo coeficiente de inversión, mucho más flexible y menos complejo que los actuales, entrará en vigor a finales del primer semestre de 1984.
El último tema tratado por Miguel Boyer con los presidentes de los grandes bancos fue la "liquidación financiera" de la crisis bancaria que ha necesitado apoyos públicos y adelantos al Fondo de Garantía de Depósitos por valor de un billón de pesetas. El ministro fijó un calendario de 10 años para la devolución de estas cantidades y que exigirá el pago de los intereses a pagar por las ayudas recibidas, la devolución de dichas cantidades y la recuperación de los activos que tiene en la actualidad el Fondo de Garantía de Depósitos adquiridos a los bancos en crisis.
