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España presionará para conseguir el contrato para construir el 'metro' de Medellín (Colombia)

La visita que el presidente de Colombia, Belisario Betancur, inicia hoy en Madrid para recibir el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Iberoamericana, que le fue concedido en julio último por el Instituto de Cooperación, será aprovechada por la Administración española para presionar con el fin de lograr la adjudicación del Metro de la ciudad de Medellín a uno de los tres consorcios españoles que se la disputan, según noticias recogidas por este periódico. Se trata del principal contrato exportador esperado para el presente año, por valor superior a los 75.000 millones de pesetas.

La competencia de los otros ocho consorcios internacionales que han pujado por la obra es muy fuerte; medios españoles creen que sus respectivos Gobiernos han presionado ya por diversas vías. Precisamente el ministro de Desarrollo Económico de Colombia, Rodrigo Marín Bernal, llegó ayer a Madrid al frente de la delegación que se reunirá con la parte española en el seno de la comisión mixta del actual acuerdo económico firmado entre los dos países y que hoy será inaugurada bajo la presidencia de los jefes de Gobierno de España y de Colombia. "Las relaciones hispano-colombianas han cobrado una nueva dimensión", señaló Marín Bernal a su llegada al aeropuerto de Barajas, "y ahora los dos países se proponen con energía superar las actuales dificultades que traban un desenvolvimiento más fluido de las corrientes de comercio".El ministro colombiano indicó que España tiene grandes posibilidades de adjudicarse el proyecto de construcción del Metro de Medellín, que ahora se encuentra a la espera de la decisión de un comité intergubernamental, ya que no sólo se tomará en consideración las condiciones de financiación sino también las circunstancias en que se están cumpliendo las relaciones de intercambio con los países interesados en el proyecto.

La consideración de Colombia como el país latinoamericano más solvente ha aumentado el interés que le otorgaban la Administración y las empresas españolas. Actualmente, le intentan vender aviones y tendidos radioeléctricos. Igualmente, la sociedad Centunión quiere construir una planta cementera que supondría exportaciones por 4.000 millones de pesetas. Y entre la concurrencia habitual a licitaciones figuran otra de papel y una tercera de productos asfálticos.

Según fuentes informadas, la Administración española está dispuesta a empeñar ayudas en numerosos frentes para conseguir el contrato del Metro de Medellín, tras el cual se construirá el de la capital colombiana, Bogotá. No sólo porque sería el mayor negocio exportador que se firmaría el presente año, equiparable al contrato del siglo pactado en 1982 con Egipto; aparte de su importe, la construcción se sitúa en la nueva línea de buscar más el efecto multiplicador o de arrastre para futuras ventas. Junto a la exportación de vías, trenes y otros materiales, las empresas podrían promocionar sus tecnologías informáticas, de señalización, eléctricas, etcétera.

Presiones de otros países

La apertura de ofertas para el Metro empezó a finales de julio. Aunque la decisión final entre los 11 consorcios internacionales que participan no se espera hasta finales de noviembre o principios de diciembre, diversos países llevan varios meses presionando a favor de sus empresas.Otro de los consorcios que está siendo muy competitivo es el japonés, que cuenta con participación norteamericana y que, como suelen hacer los nipones, ha presentado una oferta con precio reducido en un 20% o más respecto al resto. El precio medio de las 11 ofertas asciende a unos 550 millones de dólares (cerca de 83.000 millones de pesetas). Pero en este tipo de proyectos suelen influir tanto como el precio otro tipo de condiciones que lo alteran, como las condiciones de financiación, compras compensatorias, capacidad de adaptación de tecnologías, nivel de desarrollo de las obras, apoyos políticos diversos, etcétera.

Los consorcios españoles que se disputan el Metro de Medellín están encabezados por Focoexsociedades del Instituto Nacional de Industria, Entrecanales, y Dragados y Construcciones. En cada uno de ellos, pequeñas participaciones extranjeras: respectivamente, de la República Democrática Alemana (RDA), de la República Federal de Alemania (RFA) y de Francia.

Si bien la Administración apoya genéricamente a todos ellos, ofreciendo un esquema de financiación común, fuentes solventes no han ocultado cierta preferencia por el primero. Aparte de que lo promueven principalmente empresas públicas, con la excepción de Huarte, es el de mayor aportación nacional. La RDA participaría con poco más del 10% del valor total, mientras que en el de Dragados las francesas tendrían cerca, del 40% y en el otro la RFA absorbería en torno a la mitad. Para las mismas fuentes, otras ventajas de la oferta Focoex-INI consisten en que la RDA no es miembro del acuerdo internacional del café y puede importar fuera de las cuotas establecidas, y en que se trata de un consorcio fundamentalmente industrial y tecnológico.

La financación del proyecto ofrecida por España trata de inaugurar el nuevo sistema de subvenciones estatales a la diferencia de tipos de interés existente entre los tipos pactados para la exportación por los países industrializados (el 11 % en este caso) y lo que cuesta el dinero en divisas a las entidades que aportarían los recursos necesarios.

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