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La Junta de Energía Nuclear tiene dos reactores en Madrid

A primeros de septiembre se clausuró la unidad de radioisótopos de la JEN por falta de condiciones suficientes de seguridad

La utilización del uranio enriquecido en los dos reactores con que cuenta la Junta, la planta de reprocesado de combustibles irradiados -que tuvo una fuga a principios de los años setenta y originó una grave contaminación radiactiva en los ríos Manzanares y Tajo- y la propia unidad clausurada, son los puntos considerados de riesgo en el conjunto de las instalaciones. Sin embargo, los controles ya existentes y la labor de reforzamiento emprendida, permiten a Carmen Mestre afirmar que no hay ningún motivo de alarma.

El hecho de que existen puntos de riesgo no significa necesariamente que el accidente se vaya a producir, si los controles de seguridad son los adecuados. Carmen Mestre expuso su postura favorable al uso pacífico de la energía nuclear, y señaló que un país que quiera estar presente en la carrera científica por el progreso no puede prescindir de un organismo como la JEN. Ésta es una opinión compartida por las cerca de 1.600 personas que trabajan en ella. Para estos profesionales, la opinión pública tiene una idea equivocada de lo que es y las posibilidades que ofrece la energía nuclear.

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La infraestructura actual de la JEN se aplica también al estudio de las energías renovables, a desarrollar las investigaciones sobre contaminación medioambiental y los medios para evitarla, entre otros aspectos. En octubre culminará el proceso de reestructuración de la Junta, que pasará a denominarse Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, y quedará subdividido en cuatro institutos: los de tecnología nuclear, protección radiológica y medioambiental, energías renovables e investigación básica.

Controles de seguridad

La actual dirección de la Junta de Energía Nuclear ha iniciado una serie de estudios relativos a la seguridad de las instalaciones y del personal que trabaja en ellas. Una de las primeras inspecciones fue la que determinó el cierre de la unidad de radioisótopos. Estudios similares se han realizado sobre la posibilidad de contaminación radiactiva de las aguas del Manzanares y del cementerio atómico de Hornachuelos, en Córdoba. En la mina El Cabril, de dicha localidad, se depositan los residuos producidos por las actividades de la JEN y por las industrias y centros médicos que utilizan material radiactivo. Periódicamente se controlan las dosis de radiación, y su acumulación progresiva, recibidas en su trabajo diario por el personal, que se mantienen en niveles calificados como insignificantes.En todos los casos, los informes dictaminan que no hay peligro para la población. El Manzanares recibe una cierta cantidad de aguas radiactivas, pero siempre con niveles de concentración muy bajos que, a menos que ocurra un accidente imprevisible, no constituyen problema alguno.

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Los expertos consultados señalaron que existen tres puntos que se pueden calificar inicialmente como susceptibles de riesgo. Uno de ellos lo constituyen los dos reactores nucleares situados en la JEN, denominados Jen-1 y Coral. El primero de ellos, de tres megavatios de potencia, se utiliza sólo, aproximadamente, a un 5% de su capacidad -Carmen Mestre añadió que atendiendo a que sus condiciones de ventilación no se consideran como totalmente seguras-, y alberga en su seno las barras de uranio enriquecido.

El segundo punto sería la clausurada unidad de radioisótopos. Este departamento recibe periódicamente los isótopos importados del extranjero, que son trasladados desde el aeropuerto de Barajas hasta la JEN y desde allí son distribuidos a los centros médicos.

El tercer punto es la planta piloto de reprocesado de combustibles irradiados, en la que, a partir del uranio quemado en el reactor, se puede obtener plutonio. Fue una operación de este tipo la que originó, a principios de los años setenta, una fuga de agua contaminada que afectó, después de atravesar toda la capital siguiendo el curso del Manzanares, la vega de Aranjuez y llegó hasta el Tajo. E n su día apenas se dio publicidad a este grave accidente, que tuvo que ser reconocido cuando las autoridades portuguesas detectaron el peligro en el estuario del Tajo y remitieron una nota de protesta al Gobierno español.

El otro aspecto poco conocido de la existencia de materiales radiactivos en Madrid lo constituyen las numerosas empresas industriales, metalúrgicas, instaladores de pararrayos -que llevan estroncio en el extremo para aumentar su eficacia-, fábricas de papel y otras, además de los grandes centros hospitalarios y las universidades, que generan una cantidad importante de residuos (envases, instrumental desechable, guantes, ropas) de baja radiactividad, que muy difícilmente pueden ser peligrosos para las personas, pero que, precisamente por su relativa inocuidad, parecen no estar todo lo controlados que debieran. Uno de los aspectos de la reestructuración de la JEN contempla la constitución de una empresa de recogida de residuos.

Control parlamentario

La JEN emite anualmente informes sobre sus actividades y sus condiciones de seguridad, que se envían al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), el cual, a su vez, remite otros partes semestrales al Congreso. En estos últimos se detallan las actividades e inspecciones realizadas, así como las incidencias que se registran en las centrales nucleares españolas. Desde su entrada en funcionamiento, en marzo de 1981, los cinco miembros que componen la dirección del CSN no han sido llamados a comparecer ante la Comisión de Industria y Energía del Congreso, aunque sí se han celebrado varias reuniones entre técnicos y parlamentarios.En los tres informes semestrales presentados hasta ahora, la JEN no aparece para nada o es citada de pasada, a pesar de que tres de los actuales responsables del CSN ocuparon en diversas épocas los máximos puestos de aquel organismo. Carlos Dávila, diputado socialista por Madrid en el Congreso y ponente del PSOE en la Comisión de Industria y Energía, informó que el próximo miércoles, 5 de octubre, da comienzo el procedimiento de control parlamentario sobre los informes del CSN.

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