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Tribuna
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El boxeo, indefendible

Los peligros del boxeo y también sus escasas y dudosas bondades, han vuelto a desatar la polémica entre quienes se muestran partidarios de la promoción de este cruel deporte y quienes están por su abolición. Incluso el estamento federativo se ha convulsionado y ha amenazado con una riada de dimisiones. Supongo que esta actitud de arrojar la toalla no será general porque ello podría facilitar el camino para la solución idónea.El boxeo profesional ha sido siempre un mundo execrable. Alrededor de los llamados caballeros del ring se han movido siempre clanes e intereses de los bajos fondos. El pugilista ha sido siempre una víctima de la sociedad y del propio deporte. Pretender que lo que priva es la esgrima es una ironía. Entre las 12 cuerdas no hay más ley que la del golpe cruel y despiadado. En muchos deportes se produce el accidente mortal, pero ninguno tiene como norma fija intentar producir un coma transitorio en el adversario.

El boxeo produce lesiones irreversibles incluso en quienes salen de él medianamente bien parados. El peligro de muerte o de lesión de por vida existe incluso en el campo amaieur. El boxeo no es defendible desde ningún punto de vista. Nada que tenga como fin primero la destrucción de un ser humano puede ser protegido. Los especialistas suelen llamar gladiadores a quienes suben al cuadrilátero. No creo que eso sea un timbre de gloria.

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