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Mayor debilidad de la libra esterlina y del dólar tras las elecciones británicas

La actualidad en el mundo económico financiero internacional estuvo centrada durante la pasada semana en torno a dos referencias concretas: las elecciones legislativas británicas y la designación del próximo presidente de la Reserva Federal norteamericana, contando como referencia con una discreta cesión del dólar en su implacable carrera alcista.En lo que respecta a las elecciones para el Parlamento del Reino Unido, se han producido unos resultados que han cumplido fielmente los pronósticos que se avanzaban en círculos financieros especializados y que daban por segura una cómoda victoria de la formación conservadora que encabeza Margaret Thatcher. Por tanto, las reacciones que se han observado en los mercados monetarios internacionales, según señala el informe semanal de Drexell Burnham & Lambert, han sido las esperadas: una reacción parcialmente negativa, en las fechas inmediatamente anteriores al día de celebración de las elecciones, seguida de un alza importante ese mismo día, y otro declive posterior tan pronto como se confirmó la victoria conservadora. Este comportamiento ha hecho recordar a los especialistas financieros aquel aforismo mercantil según el cual el rumor compra y la noticia vende.

Actualmente resulta arriesgado adelantar cualquier pronóstico en cuanto a la amplitud de esta reacción negativa. A las propias incertidumbres del mercado se ha venido a sumar el insistente rumor de que puede aproximarse una nueva situación tensa en el sector petrolero, y los más arriesgados ya han, comenzado a apuntar la posibilidad de que Nigeria o Ecuador recorten el precio de sus producciones.

Por su parte, el dólar, después de haber batido a comienzos de semana todas sus marcas alcistas, terminó mostrando una cierta tendencia a la baja. Sus declives resultaron de moderada entidad, pero eran destacables, al constituir por sí mismos una noticia por lo inhabitual de este comportamiento.

Estos retrocesos han dado lugar a que se genere un cierto clima de confianza en que al fin se produzca la esperada cesión a la baja de los tipos de interés en Norteamericana. Los especialistas enlazan esta posibilidad con el relevo en la presidencia de la Reserva Federal.

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