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Los altos cargos públicos no podrán ocupar puestos de dirección en empresas privadas

Los altos cargos de la Administración pública no podrán desempeñar otras funciones de responsabilidad en empresas privadas, según el proyecto de ley de incompatibilidades de altos cargos, que será enviado próximamente por el Gobierno a las Cortes. En el mismo proyecto se indica que dichos altos cargos podrán representa a la Administración pública en los consejos de empresas con capital público, pero nunca en más de dos.

Igualmente, el proyecto, que especifica quiénes tendrán la consideración de cargo público, señala que las escrituras de constitución modificación y nombramientos de cargos de sociedades no podrán ser inscritos en el Registro Mercantil, si en las mismas no se consigna la expresa prohibición de ocupar cargos en ellas a personas declaradas incompatibles.A los efectos previstos en el proyecto de ley se consideran altos cargos de la Administración, entre otros, a los miembros del Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial, Tribunal de Cuentas, Consejo de Estado y Consejo de Seguridad Nuclear, ministros, secretarios de Estado, subsecretarios, directores generales, el Defensor del Pueblo, rectores de universidad, embajadores y delegados del Gobierno en las comunidades autónomas.

En el proyecto, se señala que el desempeño de un alto cargo es incompatible con cualquier otro que tenga la misma consideración, y añade que la incompatibilidad alcanza al ejercicio de la profesión a la que, por razón de sus títulos o aptitudes, pudiera dedicarse la persona nombrada para un alto cargo administrativo.

Por otro lado, el Ministerio de la Presidencia tiene también muy avanzado el proyecto de Incompatibilidades de los cargos de representación popular.

En relación con este tema, el presidente del Senado, José Federico de Carvajal, manifestó ayer en un almuerzo mantenido con periodistas, que "con el tema de las incompatibilidades se produce una verdadera crisis parlamentaria". "El problema es grave", añadió "y tiene una difícil solución que yo, personalmente, no sé cuál es" Precisó después que el parlamentario debe dedicarse "en cuerpo y alma" a la actividad legislativa "pero eso conlleva también apartarse de la profesión de cada uno", por lo que, según comentó, diputados y senadores corren el riesgo de convertirse en funcionarios.

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