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Posible acuerdo entre Thomson, Telefunken, Grundig y Philips

Xavier Vidal-Folch

Las empresas españolas del subsector electrónico de la línea marrón -vídeo, tocadiscos y televisores- reaccionaron ayer con inquietud ante el anuncio de que el grupo alemán Grundig y la francesa Thomson, nacionalizada, se hallan en negociaciones para la constitución de un gran grupo europeo que haga frente a la agresiva competencia japonesa.

Estas negociaciones, reveladas el miércoles por el diario francés Le Monde, se centran en la compra por la sociedad francesa, del 75,5% del capital de la alemana Grundig, que actualmente ostenta la Fundación Max Grundig, creada por el ya septuagenario hombre de negocios que le da el nombre. En caso de recibir la autorización de los respectivos Gobiernos, este acuerdo consolidaría un importante grupo de empresas europeas con participaciones accionariales cruzadas, que permitiría el diseño y cumplimiento de una estrategia común frente a los productores japoneses.En efecto, de concluirse la operación, los capitales de las grandes empresas europeas -Thomson, AEG-Telefunken, Grundig y Phillips- quedarían entrelazados entre sí de la siguiente manera: Thomson ostentaría el 75,5% del capital de Grundig, que a su vez adquirió recientemente un paquete de control, del 51 %, de Telefunken, tras la suspensión de pagos del grupo AEG-Telefunken. El cuarto pilar del grupo sería Phillips, que ostenta ya el restante 24,5% del capital de Grundig. A ello hay que añadir que la compañía francesa Thomson compró últimamente la firma Saba, con lo que el poder del grupo y su capacidad de contrataque respecto a las iniciativas japonesas de penetración en Europa queda suficientemente asegurado.

Dominio del mercado

Esta potencia del grupo europeo que está en ciernes tendría en España una traducción muy importante: ostentaría aproximadamente, de entrada, el 65% del mercado español del televisor en color, puesto que actualmente este mercado se reparte entre Phillips, con el 24%; Grundig, con el 16%; Thomson, con el 11%, más el 4% de Saba; y Telefunken, con el 10%; quedando el restante 35% en manos de empresas españolas o con participación española. Estas últimas son Sanyo (cuyo 25% pertenece a Industrial Eléctrica Aznárez y el 75% restante a la japonesa Sanyo), que ostenta el 10% del mercado; Compañía de Electrónica y Comunicaciones (CECSA, completamente española), que cubre un 8% de las ventas del sector; Elbe (española en un 90% y con una participación del 10% de la japonesa Sharp), con otro 8%, seguidas de Blaupunkt y Vanguard y algunas otras pequeñas empresas.Los fabricantes españoles temen que el control del mercado ejercido por el grupo europeo termine expulsándoles del mismo. Según manifestaron ayer, estos industriales piensan acogerse a la legislación antimonopolio, tanto de la CEE, como de España, si bien la ley española que sanciona las prácticas restrictivas de la competencia, que data de 1963, es insuficiente y está sujeta a una revisión futura.

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