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La emisión de la serie 'Dallas' termina el próximo martes con J. R. herido

El martes próximo hieren a J. R. con dos tiros en el cuerpo, el malo televisivo por antonomasia se desploma, en el último episodio, sobre la moqueta de su despacho, donde hace horas extras para consolidar el imperio económico de los Ewing. La mano asesina se mueve en la sombra. ¿Quién es el vengador del destino? ¿Acaso el enemigo número uno de la víctima, el ahogado Cliff Barnes o, tal vez, su esposa, Sue Ellen, que actúa en un rapto de rencor impulsada por los vapores etílicos. ¿No podría, también, ser Bobby, quien, harto de hacer el papel de bueno, súbitamente se convierte en una especie de Caín?

Con esta terrible incógnita termina el último capítulo de la serie Dallas, muy propiamente titulado Una familia dividida, que incluye la programación de RTVE, y se abre otro interrogante, todavía más terrible para el espectador: ¿continuará la saga de los Ewing o será éste su inquietante y dramático final?De momento no se ha podido confirmar si RTVE comprará la veintena de capítulos, que se han emitido ya en Estados Unidos, en los que se desenreda el hilo de la intriga y se sigue la interrumpida y, al parecer, interminable historia. Los productores de la serie, ante el resonante éxito obtenido internacionalmente (con la excepción, digna de señalar, de Japón, donde Dallas fue un fracaso), han decidido incrementar el precio de cada episodio, de 350.000 a 1.400.000 pesetas, según afirma la revista Supertele. La magnitud de estas cifras alimenta la incertidumbre.

Lo que el público español sí sabe con. certeza es quién es el agresor de J. R. Todos sabemos que es ella, y los motivos que animan su homicida acción. A diferencia del público norteamericano, que asistió a este desenlace hace más de dos años, no podremos gozar del placer de la duda, ni proponer juegos y apuestas en tomo a la identidad del ejecutor de J. R., como ocurrió en otros países.

La emisión del último capítulo de la primera entrega de Dallas, que proyectará el próximo martes RTVE, que, en Estados Unidos, un acontecimiento sin precedentes en la historia de los mass-media. En análisis realizados posteriormente se barajaba la fantástica cifra de un 82% sobre la población total, récord de audiencia indiscutible. Un minuto de tiempo publicitario en cualquier canal de la televisión norteamericana durante la programación de este episodio costaba cincuenta millones de pesetas. La repercusión que tenga en España es un fenómeno que, posiblemente, deberá merecer también la atención de los sociologos.

Recuperación de J.R.

A lo largo de los cinco primeros capítulos de la segunda etapa, J. R. se recupera de su herida en una silla de ruedas, atendido tiernamente por Sue Ellen, redimida ya del alcohol.Mientras tanto, Bobby, convertido en cabeza de familia por la incapacidad de su hermano, empieza a demostrar que no es tan bueno como parece y que el poder corrompe hasta al más inocente Abel. Como consecuencia de esta transformación, Pamela empieza a sufrir un violento rechazo contra su marido y, en el límite de la angustia, intenta suicidarse saltando desde lo alto de un edificio.

El ingrediente afectivo-erótico también entra en la composición de esta continuación de la serie en su modalidad de idilio en la tercera edad. Abandonada por su esposo Jock que corre a la llamada de la aventura y se despide a la francesa (desvío argumental impuesto por la repentina muerte del actor Jim Davis que encarnaba el patriarca del clan), Ellie encuentra un nuevo amor. Se trata de Clayton Farlow, nada menos que el padre de Dusty, el que fue amante de Sue Ellen. Como siempre, en el rancho Southfork todo queda en familia

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