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Con los objetivos del Gobierno cumplidos, este año pueden perderse 150.000 puestos de trabajo

Una revisión estructural de la economía española ha arrojado entre sus conclusiones que la ausencia de crecimiento provoca la caída del nivel de empleo en medio millón de puestos anuales. El estudio apunta que, para no poner en peligro el equilibrio exterior, sería necesario crecer al año un 2 ó 3%, pero ello supondría la pérdida de 100.000 a 200.000 empleos. Siendo ese 2 o 3% el objetivo del Gobierno para el presente año, lo primero que se deduce es su incompatibilidad con la previsión de mantener los puestos de trabajo, incluida en el Acuerdo Nacional de Empleo. Pero, además, los autores, de gran prestigio, mantienen que en 1982 no será posible salir del estancamiento de 1981.

El trabajo sirvió de documento de estudio y discusión en la última asamblea de las cajas de ahorro, y es atribuido en medios del sector al Fondo de Investigación Económica y Social, encabezado por el profesor Fuentes Quintana. Otra de sus conclusiones es que, para mantener el paro estable, sería necesario crear 120.000 empleos al año, pues la población en edad de trabajar aumenta al 1%. Conseguir dicho objetivo exigiría tasas de crecimiento próximas al 6% en la producción de bienes y servicios, superiores a las consideradas necesarias hasta ahora.Todos los datos anteriores, y en concreto la caída de medio millón de puestos de trabajo si no hay crecimiento económico, han tenido en cuenta las recientes tablas de la producción española 1970-1975 y se basan en considerar los efectos del avance tecnológico (es decir, la introducción de nuevos procesos productivos), como también en la posible sustitución de mano de obra por capital y en una utilización más intensa del trabajo disponible. Así, con una producción prácticamente estancada, pero en ligero ascenso, en los primeros trimestres de 1981 cayó el empleo en 400.000 puestos, al pasar el nivel medio de 11.516.000 personas a 11.108.000.

Estimaciones de CEOE

Desde posiciones diferentes, en la poca capacidad de la economía española para generar empleo acaban de coincidir los resultados de un trabajo del servicio de estudios de la CEOE, dirigido por José Folgado. Según esta fuente, el bache entre España y la media de la Comunidad Económica Europea es de tres millones de puestos de trabajo. Es decir, habría que crear ese número de empleos para equilibrar la situación comparativa: en cifras redondas, 34% de tasa de ocupación en España, frente al 40% comunitario, y 9,3% de tasa de paro en la CEE, ante el 15% español.No obstante, las previsiones de la CEOE desautorizan en menor medida a las del Gobierno, pese al evidente interés de la patronal por desvincularse del compromiso, previsto en el ANE, de crear en 1982 el suficiente número de puestos para mantener el mismo nivel de empleo de 1981.

Según la cúpula empresarial, al final de año la reducción acumulada en la población ocupada puede situarse entre 70.000 y 100.000 puestos. Cifra inferior a los 300.000 empleos del año pasado, y que será consecuencia de la continuación de los procesos de ajuste en industria y agricultura, pues los servicios aportarán nuevos puestos.

Para los redactores del estudio de las cajas de ahorro, es evidente que un mismo crecimiento económico permite crear cada vez menos puestos de trabajo, debido a la mayor incidencia de la crisis en los sectores con más capacidad relativa de generación de empleo, como el textil o la construcción. Algunas consideraciones previas son también las que siguen:

-Sólo un crecimiento del 4% ó 5% compensaría la caída del empleo debida al cambio técnico (142.000 personas de media en el período 1965-1975 y 352.000 de 1971 a 1981, pero como media que incluye un máximo extensivo a 500.000).

-Tal crecimiento estabilizaría el empleo, sin absorber paro. Y es muy probable que una hipotética absorción de paro comportara un aumento de la oferta de trabajo.

Salarios y paro

-A corto plazo, la evolución del empleo puede parecer guardar poca relación con la de los salarios, pero a largo plazo su intensidad ha sido proporcional a la importancia de los costes salariales.Pero el reafirmar con pruebas esta convicción no impide a los expertos de las cajas decir que la situación de estancamiento actual será la tónica dominante durante el presente año. He aquí su explicación crítica:

-La lógica de la política económica de los años 1981 y 1982 ha descansado, esencialmente, en el control del crecimiento de los costes salariales para permitir una recomposición de las cuentas de resultados de las empresas. Complementada con la flexibilización de empleo, ha permitido que dichas cuentas mejoren.

-Como se esperaba y ha sucedido, esa política clásica ha deprimido la demanda de consumo privado, con los ojos puestos en una recuperación exterior y de la inversión privada (la pública no daba más de sí), cuya demanda & no reaccionó lo suficiente para mantener la actividad (la inversión privada ha perdido el empuje esbozado hace dos años).

La solución, difícil

-Así, la recomposición de resultados se ha hecho a costa de deprimir la demanda, y el modelo de ajuste resultará inestable, por ser tremendamente dependiente de la moderación salarial y del vigor exterior. En efecto, la recuperación de la economía mundial no es previsible hasta el próximo año, como deja entrever la estrategia diversificada propugnada en mayo por la OCDE, verdadero eufemismo de sálvese quien pueda.-Sin la reactivación internacional, un crecimiento económico del 4% al 5% conllevaría desequilibrios exteriores (sería necesario aumentar las importaciones y el déficit), y su compensación bajaría el tipo de cambio, lo que presionaría al alza los costes y obligaría a reducir los salarios o a admitir un fuerte proceso inflacionista; es decir, llevaría a restricciones que agravarían los problemas de empleo y acabarían por destruir la base productiva. Se volvería, pues, a la situación del primer semestre de 1977. Con el 3% o 4% se perderían de 50.000 a 100.000 empleos y se necesitarían importaciones que exigirían reducir los precios de las exportaciones para ganar la competitividad que garantice el equilibrio exterior. De esta forma se llega al 2 ó 3% recomendado, pero su precio puede ser la citada pérdida de 100.000 o 200.000 puestos de trabajo.

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