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Un crimen más de ETA

( ... ) Esta vez bajo el pretexto de la central nuclear de Lemóniz, la banda criminal de ETA ha vuelto a asesinar, y con este asesinato -un hecho ya tan cotidiano para los componentes de esa banda que no parece tener sonoridad ética y ni siquiera psíquica en ellos- se ha enfrentado de manera más clara que nunca al Gobierno autonómico vasco y al pueblo vasco. Por si todavía encuentran en éste alguien que lo duda, ETA dice abiertamente con este nuevo crimen cuál es la conciencia que tiene de lo que debe ser la sociedad vasca independiente y libre con que se llena la boca: una sociedad gobernada por metralletas al servicio del capricho de la banda rectora, que sería la misma ETA, y cuyas leyes básicas serían la extorsión y el empobrecimiento populares. Toda la verborrea estúpida de manual revolucionario, que segregan cada día tanto los comunicados de ETA como los de sus simpatizantes, no pueden ocultar, si es que pudieron ocultarlo alguna vez, que ETA sólo significa opresión y muerte, pobreza y terror para los vascos y una mera pandilla de asesinos con voluntad de arrumbar el Estado y la sociedad para el resto de los españoles. Por eso resulta sarcástico y hasta cómico, si no encerrara tanto el potencial de una tragedia inmensa, el seguir hablando, como Herri Batasuna, de entendimiento de un Estado con una pandilla de delincuentes comunes, por mucha retórica política que utilicen, o de situación de guerra del Estado con ellos, como gusta de decir la extrema derecha, concediendo una situación de enemigo militar y, por tanto, honorable por muy enemigo que sea, a esa pandilla. ( ... )11 de mayo

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