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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Cartas a Ana

Sabrás por la presente, Anabelén, que la cosa campamental es como lo de Pirandello que vimos la otra noche en el teatro, si te acuerdas, o sea los Seis personajes, por el hallazgo psíquico, psicológico, dramático, de partir en dos lonchas matafisicas, con el fino cuchillo del concepto, el personaje y el actor, el ser escrito y el ser interpretado.Lo cual que, como ves, yo le hago a la cosa campamental una lectura pirandelliana, literaria, porque el general Allendesalazar ha dicho que los periodistas somos "unos metetes", y yo no sé lo que es eso, ni quiero saberlo, Ana, pero si soy un metete vas a pasar mucho de mí, que ya pasas cantidubi, o sea que no voy a meterme, encima, en logísticas y balísticas, de modo que le hago al tema una lectura a lo Miguel Narros, de psicodrama como si dijéramos, y pienso que los del febrerazo, Armada, Milans, Tejero, los que sean o no sean, primero actuaron como personas, como personajes (máscara: persona, del griego, con perdón), se interpretaron a sí mismos, tú haces de general pacifista, tú de general levantisco, usted de guardia golpista, usted de gordo, y en este plan. Cada cual se comportó con arreglo a sí, vivió su libre albedría (siquiera fuese contra el nuestro), y en esto eran auténticos y se la jugaron, con un par. Luego, en la hora verdeoliva, que diría Mostserrat Roig, es cuando entre Pirandello, llega, coge, agarra y dice: "No, ustedes no van a ser libres de ser ustedes, sino que van a hacer de sí mismos".Como me dice maestro Haro, que está en todo, lo que más le gusta a la gente, de Pirandello, es el sainete. Pues en lo de febrero pasa igual, ya ves. No culpo a los culpados, sino a Is procedimientos, protocolos, procesamientos de datos y de los otros, rollos procesales y procesuales, miles de folios que vienen a convertir una realidad realizada, vivida, ideada y videada por el vídeo, en una realidad representada, en una representación de la realidad. Tejero, sin ir más lejos, ya no es Tejero, sino un señor que, por causa de los procedimientos, está haciendo el papel de Tejero de hace un año, y que, casualmente, también él se llama Tejero. Nadie es el mismo de hace un año, y menos cuando ha sido un año como éste. Al final, el telón habrá bajado sobre una representación pirandelliana, en Campamento, o sobre un juicio a hombres vivos, en lo de Narros y Kiti Manver, pero la sentencia nunca tendrá la realidad eficacísima de los hechos, sino -blanda o dura- la irrealidad de los atestados. Esto quizá es lo que quiso decir -más rudamente, que no tiene tantos estudios como uno- Alfonso Guerra con su poca agraciada frase de la farsa, confundiendo farsa con representación, cosas que tú y yo no confundiríamos nunca, Ana, y menos tú, que eres gente de tablas. Jueces y policías hablan siempre de reproducir -representar- los hechos. Esto es reconstrucción y no farsa: lo que se está haciendo en Campamento, Servicio Geográfico, que la geografía es primera asignatura para la conquista del Estado. Dicen los analistas campamentales que es como si nadie hubiera asaltado las Cortes, porque todos se pasan la castaña caliente. No es cinismo, sino que, en efecto, el hombre se parte en dos, longitudinalmente, con un folio de escritor (Pirandello) o con un papel de barba del Juzgado.

Los hombres no somos de una pieza, quitando Tejero, Ana. Toda tramitación es ya atenuación. En eso están. Alguien ha preguntado rudamente a Armada: "¿Quién miente, Milans o usted?". Lo cual que Armada contestó pirandellianamente. Porque el que miente, siempre, es Pirandello. O sea, el inventor del invento.

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