La crisis del PCE
Ante los acontecimientos actuales en el PCE, y como militante de base del mismo, quisiera exponer mi opinión sobre ellos, los cuales considero, sin el más mínimo titubeo, que han llegado a producir la más profunda crisis del partido desde el IX Congreso, y, si me apuran, desde su legalización.Con la mayor modestia posible, creo que la actuacion en estos momentos del secretariado del aparato en general -léase S. Carrillo, J. Ballesteros, S. S. Montero, R. Marín...- es del todo lamentable y me produce una honda tristeza ante la falta de talante democrático, que quiero creer se trata de una ofuscación mental transitoria.
Los comunistas siempre hemos luchado por un partido y, por ende, por una sociedad que, ante todo, enarbole como bandera el socialismo en libertad, y esto no es precisamente la filosofía aplicada que el partido está siguiendo ante los actuales eventos.
Sin entrar en cuestiones de índole ideológico, resulta del todo intolerable negar a los afiliados un derecho de información sobre los acontecimientos susodichos. No se puede amenazar con suspensión e incluso expulsión a camaradas que desean conocer el proceso de unificación del EPK-EE desde la opinión de Lertxuridi, proceso que, por otra parte, ha sido democráticamente aprobado en el IV Congreso del EPK. No se puede, señor Carrillo, ir a Iñigo Cavero a pedirle que no autorice la apertura del local del Consejo Superior de Investigaciones Científicas para la celebración del acto del jueves pasado. No se puede dar una información parcial sobre el problema vasco como lo viene haciendo Mundo Obrero (se han censurado dos informes de R. Lertxundi y, por contra, han publicado dos de Ormazábal en las dos últimas semanas de octubre). Estos y otros ejemplos más han producido el actual estado de crisis que sufre el partido ante la filosofía de "o estás a gusto o te largas": disolución de los comités provinciales de Valladolid y Salamanca; prohibición de actos sobre la información del proceso vasco (José Galán, secretario general del PCPV-Valencia prohíbe la presencia de Angel Pacual, que venía a informar sobre la situación actual de Euskadi), problemas con el PC de Aragón, con el PCG (Galicia), con el PSUC...
Lo que más me duele son las insinuaciones de "socialdemócratas" a camaradas de intachable talante revolucionario (Cristina Almeida, Pilar Brabo ... ). No es serio, en aras a la administración del país, expulsar del Ayuntamiento de Madrid a diez de nuestros trece representantes en las gestiones del mismo, al retirarles su confianza; personas que, por otra parte, ya están acopladas a sus cargos y en donde "el actual equipo de gobierno era muy bueno" (EL PAIS, 6 de noviembre de 1981, página 23, según propias fuentes socialistas).
Ante la turbulencia interna en el partido, con connotaciones purgatorias, ruego al "aparato" una mayor generosidad mental por la democracia y la libertad. ¡Viva el PCE!/
