_
_
_
_

Rescatada una de las cajas fuertes del "Andrea Doria" , hundido hace veinticinco años

La caja fuerte que una expedición de buscadores de tesoros ha logrado sacar de los restos del trasatlántico Andrea Doria, hundido hace veinticinco años frente a las costas de Estados Unidos, ha sido depositada en el acuario de Nueva York, donde ha sido sumergida en un tanque con tiburones como medida de seguridad. La caja fuerte permanecerá allí hasta que el jefe de la expedición de buceadores, Peter Gimbel, la abra durante un reportaje documental que se emitirá en directo por televisión y en el que contará su aventura.

Los expedicionarios tardaron más de un mes en conseguir emerger una de las doce cajas de caudales que permanecían entre los restos del lujoso trasatlántico italiano, que se hundió hace veinticinco años, en julio de 1956, frente a las costas de Massachusetts, con cincuenta personas a bordo. En realidad, el objetivo prioritario o, al menos, oficial de la empresa era realizar una investigación in situ de las causas que provocaron el rápido hundimiento del Andrea Doria al chocar con el barco sueco Estocolmo, a causa de la niebla. La teoría que se barajaba era que el trasatlántico se fue al fondo del mar a causa de la falta de una puerta en un compartimiento estanco.Sin embargo, el equipo de Gimbel ha descubierto que la brecha abierta en su casco es tan larga y profunda que la existencia de un compartimiento estanco más no hubiera modificado el curso de los acontecimientos. Una vez estudiado este hecho, los buceadores intentaron localizar las doce cajas fuertes que se habían hundido en el siniestro. Permanecieron veintinueve días investigando en los restos del barco, y después de unos días con dificultades a causa de una tormenta tropical, lograron izar a la superficie la caja perteneciente al Banco de Roma. Pero debido a la presión del agua sobre las paredes de la cámara donde se encuentra el resto del tesoro, que obliga a la puesta en marcha de una operación de mayor envergadura, y sobre todo a problemas económicos, han tenido que abandonar su propósito por el momento.

Peter Gimbel estima que en la caja conseguida se encuentra gran cantidad de joyas y dinero en metálico que podría alcanzar un valor cercano al millón de dólares. En su mente sigue el proyecto de rescate del resto del tesoro. La expedición estaba preparada con gran lujo de detalles, y la mayor parte de ella ha sido filmada. La esposa de Gimbel era la coproductora de la película. Los buceadores disponían de unos equipos que les permitían la permanencia bajo el agua hasta ocho horas sin tener que pasar por el proceso de descompresión. Para conseguir luminosidad bajo el agua -el barco se encuentra a unos sesenta metros de profundidad- empleaban antorchas de acetileno. Tras colosales esfuerzos, los miembros del equipo lograron abrir un hueco suficiente para permitir la salida de la caja encontrada. Luego la ataron con una fuerte soga y la izaron hasta el barco que utilizaban para los trabajos. Y tras llevarla hasta Nueva York, la han sumergido en el tanque de los tiburones. Empieza ahora el montaje publicitario para hacer rentable la aventura. Pronto bajará Gimbel hasta la caja sumergida para abrirla ante las cámaras de televisión y, entonces, comenzará un nuevo espectáculo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_