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El atletismo español es aún de cristal

La duodécima posición que ocupa España en el concierto europeo es el fiel reflejo de la situación del atletismo internacional. Tras la Copa de Europa -cuyos ocho primeros puestos se disputarán el próximo fin de semana en Zagreb-, España se ha situado en una zona intermedia, que permite afrontar con gran decoro competiciones con otras potencias de elevado nivel, y «pasar» definitivamente de los enfrentamientos contra países subdesarrollados atléticamente, a los que hasta hace muy poco se superaba, pero con grandes dificultades. De momento es un atletismo de cristal.

En la final B de la Copa de Europa, España ocupó el quinto puesto, que equivale al duodécimo de¡ continente, pues en dicha competición se litigaban desde la novena hasta la decimotercera posición. Pudieran haberse escalado un par de posiciones, a costa de Finlandia y Checoslovaquia, pero fallaron hombres clave, y los que están en un segundo plano no mejoraron apenas las actuaciones previstas, exceptuando a Oriol, que ganó la pértiga, acompañado por la suerte al lesionarse Kalliomaki y al haber cometido un error táctico Bellot, renunciando a saltar el 5,30.Quedar terceros en la final B, o, lo que es lo mismo, décimos de Europa, hubiera representado una situación engañosa para el atletismo español. Esa clasificación se hubiera podido conseguir con todos los atletas españoles a pleno rendimiento, lo que prácticamente es imposible en un programa que consta de veinte pruebas. El atletismo español, indudablemente, ha experimentado una gran mejora en los dos últimos años, pero detrás de las figuras no hay nadie y algunas pruebas están aún inmersas en el subdesarrollo. Basta que un par de hombres se lesionen, como José Luis González o Javier Moracho, en Atenas, para que todos los demás ambiciosos objetivos del, equipo se vengan abajo.

Si se realiza un examen a todas las pruebas atléticas, siempre haciendo referencia a la categoría masculina, porque la femenina no está aún como para andar por Europa, puede verse que el atletismo español es de cristal. Sólo en medio fondo, fondo y algunos concursos se pisa fuerte. Cuando exista una conjunción entre todas las pruebas, la mejora sí será real y llevará a España a disputar una final A de la Copa de Europa, pudiéndose clasificar, por tanto, entre las ocho mejores naciones del continente, entre las que. están potencias tan inmensas como Unión Soviética, República Federal de Alemania,Inglaterra y República Democrática Alemana.

Examen al programa atlético

La velocidad está en crisis en España. Sánchez Paraíso aún no- ha sido relevado, y ni siquiera hay atletas de talla regular, como en su día pudieron ser Carballo, Sarriá y García López. Ahora hay gente con grandes cualidades -Carbonell tiene el arquetipo de velocista, y en la primera jornada de los nacionales lo ha demostrado-, pero que no acaba de despuntar a gran nivel. Arqués, Martínez e Ibáñez se mantienen en una irregularidad manifiesta, dentro de una tónica muy discreta. Incluso en 200, hombres de superior distancia realizan mejores registros que los especialistas. En 400 hay dos hombres interesantes: Benjamín González y Hornillos, pero precisan bajar de los 45 segundos para que puedan ser considerados en Europa.En el medio fondo hay atletas dignos. Páez se consagró hace años al ganar el 800 del Campeonato Europeo de pista cubierta, y Trabado ha llegado a demostrar que es capaz de ganarle. También en el 1.500 hay dos grandes atletas: José Luis González y Abascal. El primero ya es figura internacional de primer orden, y ha coincidido en su época con Ovett y Coe, a los que todavía no ha conseguido ganar.

En fondo, Cerrada salva todos los años la temporada con una buena marca, y Prieto se ha confirmado como un buen atleta, pero detrás de ambos no hay nadie. Jorge García fue el año pasado campeón mundial de cross en categoría júnior, y de momento no es la figura que promete ser.

En vallas y obstáculos se mantiene el buen nivel. Moracho, antes de esta temporada irregular, era uno de los candidatos a formar en el equipo europeo que disputará la Copa del Mundo el próximo mes en Roma; ahora está bajo, pero su progresión promete ser espectacular después del año de residencia que va a pasar en Estados Unidos, a las órdenes de los mejores entrenadores de la especialidad.

En saltos, los verticales son los peores, pues la altura está sumida en una crisis tan profunda como la velocidad o los lanzamientos, y en pértiga sólo está óriol, pero con unos registros que de poco valen en Europa. En longitud ya es, otra cosa, aunque Corgps permanece desconocido este año con la disculpa de estar en el servicio militar. Por lo que respecta a triple salto, Cid es siempre un buen competidor.

Y por último, los lanzamientos, en los que la crisis es escandalosa. Hace años, los lanzadores españoles apenas contaban en el continente, pero es que los de ahora lanzan aún menos que los de antes. Los últimos puestos de peso, disco, martillo y jabalina en la final B de la Copa de Europa definen por sí solos la situación en que se encuentra esta modalidad atlética en España.

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