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Gran atasco de tráfico como consecuencia de la IV Maratón Popular

La celebración de la IV Maratón Popular provocó el pasado domingo un importante caos circulatorio, al resultar afectado el tráfico de numerosas zonas de la capital por los cierres realizados en muchas calles para permitir el paso de los corredores. Las principales causas de esta situación fueron la inclusión en el recorrido de tramos de vías como la M-30, el paseo de la Castellana, Princesa o el paseo de Extremadura; la falta de publicidad adecuada, la inexistencia de itinerarios prefijados para los conductores y el escaso número de policías municipales que pudo ocuparse de subsanar los problemas de tráfico.El recorrido de la maratón, 42 kilómetros, comprendía todo el casco urbano, con llegada y salida en el Retiro. A mediodía, tres horas y media después de comenzada la prueba, numerosas zonas sufrían ya los efectos de la carrera popular, al estar muchas de las calles más importantes de la capital cortadas por la Policía Municipal.

Los conductores que a esa hora se dirigían hacia alguna de las carreteras nacionales se encontraron así con que tenían que ir improvisando su recorrido a la vista de la situación. Eso no impidió que el tráfico en zonas como las de Retiro-Mediodía quedara paralizado, sin posibilidad de que los conductores pudieran durante bastantes minutos mover su automóvil.

Según informó ayer a EL PAIS Rafael Vera, director de la Delegación de Seguridad y Policía Municipal, el itinerario podría ser más racional, y así se intentará el próximo año.

Aparte de las variaciones que se realicen en el recorrido, se considera necesario asimismo establecer, con suficiente tiempo para poder hacerlos públicos, unos itinerarios de salida para su utilización por los conductores.

Con estas medidas, entre las que podría figurar el cierre de las calles cinco minutos antes de que pasaran los corredores, se paliaría la falta de Policía Municipal. Con respecto al número de miembros que el pasado domingo estaban de servicio, Rafael Vera manifestó que, aunque algunos policías se habían quedado sin su día de libranza, sólo se pudo contar con trescientos policías, cuya misión no sólo era el control del recorrido, sino también la vigilancia de zonas como el Retiro o la Casa de Campo.

Más información en página 61

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