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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Aldabonazo en Berlín

LA CONSIDERABLE ventaja obtenida por la Democracia Cristiana en las elecciones para la Cámara de Representantes de la ciudad de Berlín (Oeste) es un aldabonazo a las puertas de la socialdemocracia que gobierna Alemania Occidental en coalición con los liberales. No obstante, hay que tener en cuenta algunos datos muy peculiares: 1. Berlín Oeste es un Land -tiene esa consideración además de la de ciudad- atípico en el conjunto alemán federal, por su condición de ciudad amenazada (muro, bloqueo), que la hace especialmente conservadora, y la CDU obtuvo últimamente mayoría de votos; 2. El partido liberal, aliado gubernamental de la socialdemocracia, tiene en Berlín menos votantes proporcionalmente que en la federación; 3. Un nuevo partido berlinés -contraculturales o alternativos-, cuya postura frente a todo es relativamente semejante a la de los radicales italianos, resta votos a la izquierda y no a la derecha, y, por primera vez, ha entrado en el Parlamento con nueve escaños. Las elecciones de Berlín Oeste se han celebrado el mismo día que las francesas, de forma que la socialdemocracia no se ha beneficiado de la ola de propaganda y confianza provocada por el triunfo de Mitterrand.A pesar de su mayoría de votos y de escaños, la Democracia Cristiana necesitaría, por lo menos, una alianza con los liberales para tener su propio burgomaestre. Los liberales, sin embargo, parecen preferir por el momento no romper su coalición con la socialdemocracia a nivel federal; aunque ya en algún punto -el Sarre, que también es atípico- han llegado a unirse a los democristianos. Pero tampoco harían el peso para gobernar manteniéndose unidos a la socialdemocracia que necesítaría además a los alternativos, lo que parece totalmente excluido. Salvo este cambio posible de los liberales, la única solución sería una convocatoria de nuevas elecciones.

El aldabonazo, sin embargo, es interesante. La socialdemocracia está en pérdida continua de votos. Por la izquierda está acosada por los pacifistas, que no consideran suficientes los esfuerzos gubernamentales para distanciarse de la política de rearme y nuclearizacíón de Reagan y la OTAN, y por los disidentes, que consideran que ha promulgado demasiadas leyes restrictivas de las libertades (para la lucha antiterrorista) y de derechos humanos (crecimiento del papel de la policía política, dureza en las prisiones).

En la coalición, la tirantez con los aliados liberales es mayor; el, pequeño partido que está obteniendo más beneficios de los que corresponden a su nivel elctoral lleva ya tiempo pensando en que aún puede regatear y obtener mejores puestos de los democristianos si les ayuda a ganar. Por la derecha, la Democracia Cristiana y los cristianos sociales han sido reforzados por el nuevo conservadurismo de Reagan. Por el momento está claro que sólo si se rompiera la coalición a nivel nacional y los diputados liberales se sumasen a la unión de democristiano y socialcristianos podría alterarse el Gobierno de la República Occidental surgido de las elecciones de 1980 y configurar el Consejo Federal (Bundesrat) antes de 1984. Los acontecimientos nacionales o internacionales que pudieran suceder de aquí a entonces son, naturalmente, imprevisibles y no se puede prejuzgar cuál será su influencia electoral. Pero lo sucedido en Berlín es una llamada de alerta.

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