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Brutal escalada terrorista

Impresión optimista tras la intervención quirúrgica al teniente general Valenzuela

El Gran Hospital y el Hospital Provincial de Madrid, antes Francisco Franco, registraron ayer una intensa actividad. En el primero de ellos fue internado y operado el teniente general Valenzuela y se registraron las visitas de importantes personalidades, entré ellas la Reina y el presidente del Gobierno. Tras más de seis horas de intervención, la impresión era optimista. Al Hospital Provincial fueron trasladas las restantes víctimas del atentado, excepción hecha del soldado, que hacía las veces de chófer, y que resultó destrozado

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Los otros dos ocupantes del coche ingresaron ya cadáveres y fueron trasladados inmediatamente al Hospital Militar Gómez Ulla. Los Reyes y el presidente del Gobierno visitaron a última hora de, la tarde la capilla ardiente por los militares asesinados, instalada en el Pardo.No habían pasado ni diez minutos de la explosión cuando llegó al Gran Hospital una ambulancia con un policía y un herido, el teniente general Valenzuela. Un estudiante de sexto de Medicina fue el primero en atenderle y, según explicó más tarde, el general estaba consciente y relativamente tranquilo, aunque tenía la ropa destrozada y empapada de sangre. Se le apreció una importante herida en el flanco izquierdo, con entrada de metralla en los intestinos y sin salida del paquete intestinal. No estaba afectado el tórax, pero presentaba lesiones importantes en un codo y una rodilla, así como en el cuero cabelludo.

La operación fue llevada a cabo por el doctor Larraga, ayudado por los doctores Montero y Candía, especialistas en medicina digestiva. Inmediatamente fueron adoptadas importantes medidas de seguridad en el hospital, hasta el punto de que un empleado comentaba.: «No se fían ni de las batas blancas». Fue prohibida la entrada de los medios informativos y en la puerta principal, en fa calle de Diego de León, se formaron corros de curiosos, gran parte de ellos de ideología fascista, que dieron en algunos momentos vivas a Tejero y lanzaron otros gritos en la misma línea. No faltó algún incidente aislado entre los curiosos de extrema derecha y los representantes de los medios de información.

A las 12.50 horas llegó la Reina, acompañada del jefe de la Casa del Rey, marqués de Mondéjar, y otros cargos. En sus ojos se podían apreciar algunas lágrimas. Se detuvo un momento junto a la ambulancia en la que se encontraba el cadáver del teniente coronel Tevar, que estaba aparcada frente a la puerta principal y, tras abrazar a los familiares de éste, entró en el hospital, entre gritos de «¡Viva la Reina!». Visitó en la cuarta planta a la esposa del teniente general y veinte minutos más tarde salió de nuevo, aclamada otra vez por los grupos de curiosos. Por contra, el alcalde de Madrid, Tierno Galván, escuchó gritos de « ¡Fuera, fuera! ». Otras personalidades que visitaron el hospital fueron el general Gabeiras Montero; el jefe del Estado Mayor del Aire, Emiliano Alfaro; los ministros de Defensa y de Trabajo, Alberto Oliart y Sancho Rof, y el teniente general Gutiérrez Mellado. El presidente del Gobierno, Calvo Sotelo, llegó a primeras horas de la tarde. A su salida no quiso hacer declaración alguna. También visitaron el hospital los miembros de la ejecutiva socialista Javier Solana y José Federico de Carvajal, y a última hora de la tarde lo hizo igualmente el presidente del Congreso, Landelino Lavilla.

A las siete de la tarde, el director del hospital, doctor Alfonso Orueta, compareció ante los informadores en conferencia de Prensa, para exponer el estado del teniente general: «Soy optimista, porque no hay órganos vitales dañados, aunque el estado actual del herido es muy grave», manifestó. «Lo que más nos ha alentado ha sido observar que no existían lesiones en el tórax, ni en el sistema nervioso». Informó que la operación duró seis horas y 45 minutos.

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A última hora de la tarde fue hecho publicó un extenso parte médico, que detallaba todas las lesiones del teniente general e incluía un relato de la intervención. Las lesiones apreciadas fueron herida inciso contusa con pérdida de sustancias, de unos cinco centímetros, en hipocondrio izquierdo, a nivel de la décima costilla, penetrante en el abdomen; herida inciso contusa con pérdida de sustancia en región axilar izquierda; herida inciso contusa en región lateral derecha del cuello y múltiples heridas por metralla en miembros superiores e inferiores, afectando especialmente al brazo y pierna derechos.

Al Hospital Provincial fueron trasladadas las restantes víctimas con la única excepción del soldado que conducía el coche, que quedó destrozado y fue llevado directamente, en el interior del mismo, a hospital Gómez Ulla.

El teniente coronel Tevar Saco y el cabo Noguera García, que junto con el conductor y el teniente general se encontraban en el interior del coche, ingresaron ya cadáveres y sus cuerpos fueron enviados al hospital Gómez Ulla. Se registró además la entrada de tres heridos graves. El más grave era Basilio Vega Gallego, empleado de la peletería Difumoda Piel. Su estado producía especial inquietud. Tenía traumatismo craneal encefálico, gran herida orbitraria derecha, herida en la base del cuello y shock traumático.

Paula Corchado había sido intervenida de una herida de metralla en el cuello y presentaba traumatismo de tórax. Estaba ingresada en reanimación.

Manuel Matey Bande, con herida en pared costal y hemitórax izquierdo, de pronóstico grave, y herida contusa en el brazo izquierdo, fue intervenido quirúrgicamente y trasladado después a una habitación del centro, donde recibió a algunos informadores. Se trata de un hombre de unos cincuenta años soltero, que transitaba por la calle en el momento del suceso: «Había bastante gente en la acera y tuve que acercarme a la calzada para pasar. En ese momento sonó la explosión, vi caer a mucha gente y destrozos en los cristales, e incluso alguna cabina de teléfonos por el aire». Estaba tranquilo, acompañado de tres familiares, y enjuició el hecho: «Supongo que todo esto tiene motivaciones políticas que yo no conozco. Yo soy enemigo de la política. De los partidos políticos pienso lo mismo que de los partidos de fútbol: no me interesan». Pedía más vigor en la lucha contra el terrorismo: «Supongo que los mismos que han hecho la Constitución podrán reformarla, y pienso que la pena de muerte podría solucionar algo este estado al que han llegado las cosas. Hace falta más vigor en la lucha contra el terrorismo, y si quieren que yo dé el pecho, que ya lo he dado, iré donde sea. Pero que no digan que esto es cosa de seis o siete locos, y que dejen de salir los ministros por la tele para decir cuatro cuentos».

Otras nueve personas fueron ingresadas en el hospital con heridas leves, y fueron dadas de alta rápidamente; se trata de Pilar Sanz Veguillas, el niño Javier Apestegui Infiesta, su hermano, Julio Jorge Apestegui Infiesta, María Melitona García García, María Montserrat Malo Arrondo. Luis Hinojosa Fernández, Víctor Fernández Ortiz, Dolores Infiesta Díaz y Angel Vizcaíno Alba.

Los cadáveres del teniente coronel Tevar Saco, del cabo Antonio Nogueira y del soldado Carlos Rodríguez Taboada, fueron trasladados ayer tarde desde el hospital militar Gómez Ulla al Regimiento de la Guardia Real de El Pardo, una vez que les fue practicada la autopsia. En dicho regimiento quedó instalada la capilla ardiente desde las siete de la tarde. Esta mañana, a partir de las once, será oficiado en el mismo acuartelamiento el funeral por los tres fallecidos, y posteriormente se procederá al entierro de los cadáveres.

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