Pujol insiste en ser copríncipe de Andorra si renuncia el obispo de la Seu d'Urgell
El presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, recibió ayer, en visita oficial, al copríncipe de Andorra y obispo de Seu d'Urgell, Joan Martí Alanís. Esta es la segunda vez en una semana que se entrevistan ambas personalidades. El obispo de Seu d'Urgell iba acompañado del veguer catalán Francesc Badía Batalla, representante del copríncipe en el interior de Andorra y autoridad que concentra, junto al representante del copríncipe francés, los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
Jordi Pujol visitó al copríncipe el pasado 27 de diciembre. En aquella ocasión expuso a Martín Alanís su criterio de que, en el caso de que dicha autoridad eclesial renunciara a su poder político en Andorra, la Presidencia de la Generalidad fuese la beneficiarla de tales derechos. Con ello se habría seguido un proceso similar al caso francés, ya que en su día el rey de Francia, y posteriormente el presidente de la República francesa, recibió los derechos sobre Andorra, que originariamente recaían sobre el conde de Foix.Fuentes de la Generalidad informaron entonces que el obispo de Seu d'Urgell y copríncipe andorrano tuvo una reacción «fría» y que había evitado profundizar en el tema. Las citadas fuentes indicaron que, a pesar de su origen catalanista, Martí Alanís estaría muy bien relacionado con el Opus Dei y sería partidario de que, en el caso de optar por ceder sus poderes políticos, fuera en beneficio del rey de España.
En el seno de la Iglesia, el tema de la posible renuncia al poder político del obispo de Seu d'Urgell sobre Andorra no es nuevo. El citado obispo comparte con el presidente de la República francesa la jefatura de un pequeño Estado -464 kilómetros cuadrados- soberano y muy próspero, gracias a su carácter de paraíso fiscal.
Andorra nació en 1278, fruto del acuerdo entre el entonces obispo de Seu d'Urgell y el conde de Foix. Los derechos de la casa de Foix fueron incorporados a la Corona francesa en el siglo XVII. Ahora lo son del presidente de la República. En cambio, al otro lado de los Pirineos prevaleció el poder eclesial.
Por parte andorrana existe una manifiesta voluntad de mantener la actual situación, cuya confusión y complejidad -los copríncipes poseen un amiplio derecho de veto- permite mantener una situación de hecho ajena al derecho moderno y por ello capaz de cobijar todo tipo de negocios.
A pesar de que el catalán es la lengua oficial de Andorra, la enseñanza en sus escuelas es básicamente en francés y castellano. Es asimismo nulo el interés de orden cultural o de acercamiento al proceso autonómico catalán.
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