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El minero sepultado en el pozo "San Nicolás" hace cinco días aún no ha sido rescatado

Después de más de cien horas de trabajos ininterrumpidos no ha sido posible aún recuperar el cadáver de José Luis Alvarez, minero sepultado en la mañana del sábado pasado por un derrabe (corrimiento de carbón), cuando trabajaba con dos compañeros en un taller de la quinta planta del pozo San Nicolás, de la cuenca del Caudal, de Hunosa.El corrimiento de carbón cogió de lleno a José Luis Alvarez, que se encontraba en el centro de la galería, y despidió hacia los lados a otros dos mineros.

Nada más producirse el derrabe, comenzaron los trabajos de rescate llevados a cabo por equipos de diez trabajadores que se turnan cada cuatro horas. Como consecuencia del accidente, la actividad del pozo permanece paralizada. La táctica aplicada inicialmente, dirigida a retirar el carbón caído, hubo de ser abandonada al producirse nuevos desprendimientos, cuando habían llegado a ver la lámpara y una mano del minero.

De las dificultades con que se realizan los rescates puede ser ejemplar lo ocurrido, en 1962, en una mina de la zona de Aller, donde un trabajador, apellidado Santerbas -por quien habían celebrado ya los funerales y publicado las esquelas de rigor- apareció vivo ocho días después de producirse el derrabe. Aquel minero tuvo la suerte de quedar atrapado en un hueco en unas condiciones que le permitían respirar. Durante su larga espera comía trozos de corteza de madera, bebía de una gota de agua que caía próxima a él, y de cuando en cuando encendía su lámpara para mirar el reloj.

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