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Lawrence Klein, galardonado con el Premio Nobel de Economía

Con la concesión del Premio Nobel de Economía al profesor norteamericana Lawrence Klein, creador de los modelos econométricos, Estados Unidos suma ocho distinciones con ocho premios Nobel en su edición de 1980. Literatura, física, química, medicina y economía, son las ramas premiadas con el máximo galardón para ciudadanos norteamericanos.Lawrence Klein, de sesenta años de edad, fue uno de los primeros precursores, junto con el holandés Jan Tinbergen, en aplicar ecuaciones matemáticas para el análisis de las tendencias económicas, sistema conocido como econometría. Sus últimas previsiones sobre la incidencia de la crisis del petróleo en el déficit de balanzas de pagos y crecimiento de la inflación han sido justas.

«Estoy contento, pero todavía dormido», dijo Klein a uno de los primeros periodistas que solicitaron su reacción por haber ganado el octavo Nobel para EE UU. «No espero cambiar mi programa de trabajo. Tengo un curso esta tarde y lo daré como de costumbre», dijo Klein, profesor de la Universidad de Pensilvania.

El profesor Klein fue uno de los primeros creadores del modelo económico norteamericano actual, junto con el economista Arthur Goldberger. Actualmente dirige un equipo de economistas independientes, vinculados a la Universidad de Pensilvania, denominado The Wharton Econometric Forescasting Model, aplicando previsiones econométricas para análisis de empresas.

El nuevo premio Nobel de Economía fue uno de los consejeros económicos del presidente Jiminy, Carter durante su primera campana electoral para la Presidencia de EE UU en 1976. Carter fue criticado por varios congresistas por aceptar en su equipo a un economista marxista.

En sus años jóvenes, Klein fue miembro del Partido Comunista de Estados Unidos. Por tal motivo se exilió a Gran Bretaña, a principio de los años cincuenta, para escapar a las persecuciones decretadas por el senador Joe McCarthy. «Mi afiliación se debió a la candidez de mis años jóvenes», declaró en una ocasión Klein, defendiéndose de las críticas senatoriales por unas opiniones que tuvo hace más de veinte años.

Como previsiones a corto plazo para la economía de EE UU, Klein y su equipo predicen que no habrá crecimiento del PNB durante el último trimestre del año en curso. Algo más optimistas para 1981, anuncian una subida del crecimiento económico, que será del 4,6%, corregida la inflación, pero también advierten de la continuidad para la economía norteamericana del alto índice de desempleo (8%), crédito caro y mantenimiento de un nivel inflacionario del 9,2%.

Klein es originario de Omaha, en el Estado de Nebraska. Se doctoró en 1944 en el Massachusetts Institute of Technology. De él, el economista Paul Samuelson dijo en una ocasión: «Después de la segunda guerra mundial, todos vivimos bajo una era Klein ».

Contrariamente a años anteriores, la academia sueca premia en Klein a un teórico e investigador de la ciencia económica y no a un técnico o protagonista de la misma, como sucedió el pasado año cuando el premio se repartió entre Theodore Schultz y Arthur Lewis, dos expertos en la aplicación de la teoría económica en el desarrollo del Tercer Mundo.

La concesión del premio Nobel a Klein reviste una especial significación en el momento presente de la economía mundial. En sus estudios y análisis, el profesor norteamericano dimitió de su cargo por oponerse a las políticas restrictivas y antiinflacionistas seguidas por Carter.

En aquella ocasión, el profesor Klein enumeró una serie de principios que pueden considerarse una profecía de lo que está sucediendo actualmente. Según Klein, es fundamental que los políticos no se dejen «hipnotizar» por la inflación y, desde luego, la política antiinflacionista no se debe realizar a costo de anular el crecimiento económico. En segundo lugar, para Klein es importante que los políticos sólo ataquen la inflación cuando la economía está cerca o a punto de conseguir el pleno empleo.

Entre sus recomendaciones a Carter, el profesor de la Universidad de Pennsylvania citó la necesidad de aplicar una política voluntarista con un mayor estímulo en tres frentes: actuación sobre la tasa de desempleo, lanzamiento de un programa de trabajos públicos y, tercero, relanzamiento de la industria de la construcción. Asimismo, Klein se mostraba partidario de la firma de un «pacto nacional voluntario» en Estados Unidos para resolver el problema económico.

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