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El autor del atentado terrorista de Bolonia está detenido, afirma la Prensa italiana

Juan Arias

Hoy se cumple un mes del estallido en Bolonia de una bomba terrorista, el atentado más trágico de la historia de la República Italiana, que causó 84 muertes. El domingo se celebraron misas en todas las iglesias de la ciudad roja, en memoria de las víctimas del terrorismo. Hoy el partido comunista prepara una imponente manifestación para recordar la triste matanza e impedir que aquella hora trágica de las 10.25 de la mañana, como recuerda aún el reloj de la estación, paralizado por la explosión, pueda olvidarse antes de que los responsables puedan ser descubiertos y castigados.

El grupo de jóvenes magistrados que en Bolonia trabaja desde hace un mes, día y noche, en la búsqueda de los culpables de tantas muertes inocentes, asegura que conoce hasta el nombre del neofascista que puso la bomba en la estación. Por lo menos, la redada de días atrás, en la que cayeron dieciocho neofascistas (cinco de los cuales han sido acusados directamente de haber ideado y participado en la matanza), ha acabado con las últimas dudas sobre la autoría fascista del atentado.Pero lo que ha hecho enfurecer a los magistrados de Bolonia ha sido el hecho de que la Prensa ha publicado ya hasta el nombre del fascista que, según los informes secreto de policía y magistratura, puso la bomba en la estación.

Según las indiscreciones de estos diarios de la capital, el responsable material del atentado ha sido el joven Stefano Furlotti, conocido por el mote de Chicco.

Policía y magistratura han podido actuar gracias a la confesión del joven neofascista Giorgio Farina, el cual se enteró en la cárcel de Rebbibia, de Roma, que los neofascistas, compañeros suyos de celda, Radio Pedrotti y Sergio Calore hablaban de un atentado a la estación de Bolonia, que coincidiría con el aniversario del atentado al tren Italicus.

Farina había sido encargado de comprar el explosivo y dárselo a Pedrotti. Farina podía hacerlo porque estaba en régimen de será libertad. A Pedrotti proyectaban sacarle de la cárcel. Pero como esto resultaba arriesgado, le pidieron que entregada el explosivo a Furlotti.

Lógicamente, después de estas revelaciones, Furlotti ha buscado una coartada para demostrar que aquella mañana estaba muy lejos de Bolonia.

Complicidades de alto nivel

Los observadores se preguntan si todo esto no será un montaje de quien desea crear confusión para que no se sepa la verdad sobre el atentado de Bolonia. Pero aun en el caso de que los magistrados, esta vez, hayan conseguido entrar por el buen camino para descubrir a los culpables, no cabe duda, como afirmaba ayer toda la Prensa democrática del país, que en el aparato del Estado existe alguien que desea ayudar a los sospechosos neofascistas y crear problemas a la magistratura con estas filtraciones de noticias, que son un regalo para los acusados y para sus abogados defensores.

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