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Suárez-Arafat: una definición política

Algo más de hora y media han conversado, en la tranquila paz del palacio de huéspedes de Riad, el presidente Suárez y el líder de la OLP, Yasser Arafat. Era una entrevista esperada y, al mismo tiempo, temida. ¿Qué podía añadir al paso dado en octubre pasado, cuando Arafat fue recibido oficialmente en Madrid? A nuestro juicio, la nueva entrevista, celebrada bajo los auspicios de la Arabia Saudí, aporta novedades importantes al abrazo de octubre. Aquél significó la ruptura de un tabú que pesaba sobre todos los países de Occidente ( ... ).El encuentro de Riad es, por supuesto, una confirmación de que el cauce sigue siendo válido. Pero es, al mismo tiempo, una definición política que nos atrevemos a formulir en los siguientes términos: no habrá paz sobre el Oriente Próximo si no hay un reconocimiento claro y expreso de los derechos del pueblo palestino a una patria estable y propia. Esa parece ser la postura de España, que no tiene por qué ser sólo la suya.

La entrevista con Arafat, por otra parte, se ha celebrado en un momento idóneo. En los próximos días, tanto el líder palestino como el propio Suárez van a coincidir en Belgrado, con motivo de los funerales de Tito, con un buen puñado de gobernantes implicados en el tema de Oriente Próximo. ¿Cómo no pensar en un planteamiento de resultados, por ejemplo, con el vicepresidente Mondale? ¿Cómo no suponer que el reconocimiento del Estado de Israel por España pasa, necesariamente, por la retirada de los territorios ocupados en 1967 y, de forma específica, por el logro de un «status» definitivo y satisfactorio de la ciudad santa de Jerusalén?

7 de mayo

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