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Los concejales de UCD, en contra del cambio de nombre de la avenida del Generalísimo

El grupo de concejales de UCD votará en contra del cambio de denominación de la avenida del Generalísimo, que en el proyecto que la Delegación de Cultura someterá en su momento al pleno municipal pasa a denominarse prolongación del paseo de la Castellana. No obstante, parece definitivo que dicho proyecto no sea debatido en el pleno de mañana, toda vez que no ha sido incluido en el orden del día, aunque no hay que descartar que se debata en el capítulo de asuntos de urgencia.El cambio de denominación de la avenida del Generalísimo, junto con otras veintiséis calles más, fue debatido la pasada semana por la Comisión de Cultura. El proyecto contempla que las calles recobren la toponimia anterior a 1931, fecha a partir de la cual se cambiaron sus nombres tradicionales. Esa es la razón por la cual UCD no votará a favor del cambio de nombre de la avenida del Generalísimo, ya que en ese año no existía tal avenida, al igual que la plaza de los Alféreces Provisionales, plaza que entra igualmente en el proyecto, y a cuyo cambio también se opondrán los ucedistas.

Socialistas y comunistas votarán a favor de dichos cambios, ya que consideran que los nombres de calles relativos a la guerra española y a los años posteriores deben de ser sustituidos en el callejero. Entre las calles que cambiarán de nombre, según el proyecto, figuran las de José Antonio, General Mola, García Morato, Calvo Sotelo y Onésimo Redondo, que pasarán a llamarse Gran Vía, Príncipe de Vergara, Santa Engracia, Recoletos y San Vicente, respectivamente.

Descentralización de los poderes municipales

En el pleno municipal de mañana, el alcalde dará a conocer un decreto por el que el Ayuntamiento descentraliza funciones en los presidentes de las juntas municipales de distrito. La medida puede suponer una importante agilización de los asuntos administrativos de la ciudad.La descentralización de funciones -recogida en el programa electoral de UCD, PSOE y PCE- recaerá exclusivamente sobre el presidente de la junta municipal de distrito. Esta decisión, que no necesita ser sometida a votación, podría levantar críticas entre los concejales centristas debido a que así se les cierra la posibilidad de participación que supondría el hecho de que la descentralización recayera entre los componentes de la junta en lugar de que, como se ha hecho, las competencias caigan directamente sobre el presidente.

Entre las funciones que podrán ejercitar los concejales presidentes -hasta ahora exclusivas del alcalde- están la concesión de permisos de apertura o clausura de establecimientos industriales y comerciales, la utilización para usos complementarios de las escuelas estatales, la inspección higiénica de alimentos en establecimientos de consumo y venta ambulante, la concesión de licencias para limpieza de pozos negros y fosas sépticas, el control de ruidos en los establecimientos ubicados en el distrito, actividades en los mercados de la zona y, en suma, todos los asuntos que estén relacionados con la vida de cada distrito en particular.

Hasta ahora, todas las decisiones municipales dependen del alcalde y de los concejales responsables de las delegaciones municipales. Los dieciocho distritos de Madrid tenían que someterse a la espera y decisión de las delegaciones.

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