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No aparecen 4.000 millones de pesetas defraudados al Banco Británico-Israelí

El más importante fraude de la City londinense, la desaparición de 27,5 millones de libras esterlinas (unos 3.960 millones de pesetas) de las cuentas del Banco Británico-Israelí, sigue siendo un misterio después de un proceso de tres meses.

El presidente del Banco, que además es magistrado, Harry Landy, y dos directores, Arthur White y Charles Kaye, fueron declarados culpables de fraude ayer, por el tribunal londinense de Old Bailey. Fueron condena dos respectivamente a cinco cuatro y un año de prisión.Pero, al final de una investigación de cinco años, los detectives financieros de la City juzgan imposible encontrar las huellas del dinero desaparecido. Entre las posibles soluciones, se dice que esta pequeña fortuna pudiera haber servido para relanzar la economía israelí después de la guerra de los seis días o para aumentar los fondos del Gobierno.

El Banco Británico-Israelí, fundado en 1963 bajo el nombre de Banco Británico-Palestino, quebró en 1974, pocos días después del depósito de balance de la casa matriz en Tel-Aviv.

Las especulaciones en torno al posible desvío hacia Israel del importante capital defraudado tomaron mayor cuerpo al coincidir, en el tiempo y en los protagonistas, con otros affaires sonados a cargo de los servicios secretos israelíes, como fue el robo y traslado a Israel de unas cañoneras embargadas por el Gobierno francés a raíz de los conflictos bélicos que vivía la zona.

Resulta sorprendente, por otra parte, que los detectives financieros de la City juzguen imposible encontrar huellas del dinero desaparecido. Ello puede dar idea de la cobertura y planificación del fraude.

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