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Forzada mejoría

La última sesión de la presente tanda resultó una digna sucesora de sus precedentes, esto es, mínimo volumen de negocio, cortas diferencias en los cambios que se ven reflejados en la corta subida que señalaba el índice general, y desinterés generalizado por parte de los escasos asistentes, que prefieren, sin duda, otras actividades más refrescantes al suplicio que supone la concurrencia al salón de contratación, holocausto particular de aquellos que nos vemos obligados a ello.Un día más, la única animación de la reunión la prestaron los valores del grupo bancario, que aprovecharon la escasa entidad de la oferta, mejoraban posiciones, ya que con las habituales excepciones del Bilbao y, sobre todo, el Santander, las posiciones en «caja» no justifican los citados avances. Después de hora se mantenía la situación, quedando restos compradores para los dos valores citados, mientras que en el resto predominaban las ventas.

Las eléctricas continuaron sumidas en una desesperante atonía, y a pesar de que a primera hora de la mañana el ambiente resultaba algo menos deprimido, sobre todo tras los primeros compases del corro de Hidrola, que ganaba un punto y mostraba una discreta animación, no pudo ser, y el resto de los punteros del grupo resultaron absolutamente faltos de fuerza para continuar la tendencia. El cierre general del mercado resultó marcado por la inhibición de la inversión, que forzaba a la oferta a mantenerse a posturas expectantes.

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