El león enamorado
Repasando viejos ejemplares de EL PAIS tropecé con un artículo de 26-10-1978, que no noté antes, acerca de la secta religiosa de los sikhs, en la India, que nunca se cortan la barba, y me recordó la siguiente anécdota:Durante la segunda guerra mundial había en Palestina un hospital militar británico, donde los médicos eran hindúes y las enfermeras eran inglesas. Un médico se enamoró mortalmente de una enfermera a la que no le gustaba su barba. «Yo no puedo quitarme mi barba», decía él. «Eso es mi religión, eso es mi tradición.» «Entonces no hablaré contigo», decía ella.
Pero un día el médico apareció perfectamente afeitado. La reacción de ella le sorprendió bastante. «Tú no tienes religión, tú no tienes tradición, tú no eres nadie.»
Aquella noche le vi en un club en Tel-Aviv. Estaba solo y muy triste. Me acerqué y le pregunté si conocía una fábula de Esopo acerca de un león enamorado de una chica. Dijo que no, y se la conté.
Un león enamorado de una chica entró en casa de su padre para pedirle la mano de su hija. El padre y la hija estaban muy asustados y el padre dijo: «Esto es un gran honor para nosotros dos, pero tú tienes dientes muy agudos y tus garras son muy largas. Asustarás a mi hija.» «Tiene usted razón», dijo el pobre león, y se fue para volver al día siguiente sin sus garras y sin sus dientes. Entonces el padre y la hija empezaron a reírse. «Ayer eras por lo menos un león, ahora no eres nadie.»
«Vaya», dijo mi amigo. «La fábula se escribió hace por lo menos 2.000 años y tú me la cuentas veinticuatro horas tarde. »
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