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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Contra el aborto

Ante la filtración del proyecto de despenalización del aborto, deseo dirigirme, con todos mis respetos, a los miembros de la correspondiente Comisión de Codificación que apoyan la despenalización del aborto (que me imagino no serán todos) para preguntarles qué tipo de criterios les guía para proponer al legislativo la posibilidad de decidir sobre la vida o la muerte de una persona (posibilidad que, sin duda, ellos negaron al Estado, cuando apoyaron y aceptaron, de buen grado, la abolición de la pena de muerte -en lo cual coincido plenamente-). Ya hace tiempo que un autor dijo que negar la vida a una persona es quitarle de golpe todos los derechos, Y, ciertamente, si negamos la vida, el derecho y la ley se convierten en una quimera. La ley y el derecho están hechos para los hombres que existen. Y por lo mismo es una incongruencia, jurídica y humana, el defender la vida en unos determinados niveles y negarla en otros. Según esos miembros de la citada Comisión, la redacción ideal que ellos darían al primer párrafo del artículo 15 de nuestra Constitución sería: «Tienen derecho a la vida sólo los que ya viven fuera del seno materno ... ». Lo cual implica un doble absurdo: Uno, biológico, al pensar que el hombre comienza a vivir como hombre tras su nacimiento, y otro, jurídico, al atribuir a la ley una protección relativa, arbitraria y limitada a la vida humana: la vida es un fenómeno unitario que, o bien se defiende unitaria y globalmente, o si no se destruye.Ante tal postura son innumerables los interrogantes que se agolpan: ¿Es que los seres que están en el vientre de la mujer no tienen derecho a seguir viviendo? ¿O es que acaso no se trata de una vida humana? ¿Piensan tal vez estos señores que la vida es, como la integridad física, una realidad que permita distinguir dentro de ella entre quebrantos más graves y menos graves? ¿Qué les induce a pensar que la vida no merece protección en los tres primeros meses del embarazo, o sólo en algunos casos entre el tercer mes y el momento del parto, y en todo caso después del parto? ¿Es que al hombre se le puede dividir? ¿Cómo se puede proclamar el derecho a la vida de los que un día serán hombres hechos y derechos, si se les pone una zancadilla mortal nada más traspasar el umbral de la vida?

Admitir el aborto supone una grave injusticia: la de privar a quienes pueden ser nuestros relevos en la vida, en la historia, en la cultura y en la civilización de la posibilidad de seguir viviendo, de desarrollarse y de seguir manteniendo caudaloso el manantial de la vida que nos está permitiendo ahora a nosotros pensar, comunicarnos, amar y soñar por una felicidad a nuestro alcance.

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