España debe plantear una estrategía industrial de mayor penetración en la Comunidad
La exportación española debe estudiar, junto a una estrategia de mayor penetración en los mercados comunitarios, una política seria de orientación de nuestros productos hacia nuevos mercados, sobre todo en aquellos casos en que las posibilidades de una mayor expansión de la Comunidad Económica Europea resulten reducidas, según señala un informe presentado ayer a los medios de difusión por el presidente de la Asociación de Estudios Empresariales, Víctor Mendoza Oliván, en el que se analizan las repercusiones que para el sector industrial de nuestro país tendrá el ingreso en la CEE.
El estudio ha sido realizado por la escuela Esade, de Barcelona, y patrocinado por la citada asociación.De acuerdo con sus conclusiones, el sector industrial español se ha venido orientando en el pasado fuertemente, en la mayoría de los sectores, hacia el mercado interior y, por tanto, en el momento actual existe un ámbito importante de nuestra industria que no se ha visto suficientemente sometido a la prueba de la competitividad exterior.
En este sentido, la adhesión de España a la CEE puede representar dos cosas para las empresas industriales españolas:
- Una ampliación de mercado que se deberá saber aprovechar a partir de una dimensión empresarial adecuada y de una habilidad y estrategia comercial idóneas.
- Y, en segundo lugar, un aumento de la competitividad en el propio mercado español, lo que exigirá en bastantes casos un replanteamiento de la estructura y de la orientación de nuestras propias políticas de producción y de mercado, todo ello dentro de los plazos y con la anticipación necesaria para prevenir más graves problemas futuros.
Dos hechos han de jugar un papel primordial en la capacidad de adaptación del sector industrial,español a la CEE según el mencionado estudio: el grado relativo de inflación con respecto á los demás países y en particular a los países comunitarios y la progresiva desaparición de gran parte de las ventajas comerciales que en el pasado haya pod Ido suponer para la industria española una situación de salarios más bajos.
La productividad
Por lo que se refiere a la productividad del trabajo, el estudio señala que entre 1965 y 1975 los niveles alcanzados por la industria española han tendido ligeramente a acercarse a los de los países comunitarios. La productividad del ,trabajo en España se situaba en 1975 en el sector industrial en torno al 50% de la de Holanda, Dinamarca, Aleman.la y Luxemburgo, siendo muy semejante a la de Italia y Reino Unido, los dos países comunitarios en los que la productividad es más baja.
Las causas que el estudio señala de la baja productividad de la industria española no deben explicarse exclusivamente en base a la menor dotación de capital del sector industrial de nuestro país, sino que deben tenerse, asimismo, en cuenta factores como la dotación de recursos naturales, el nivel tecnológico, el grado de capacitación no sólo del trabajo, sino también de la gestión y, por último, la dímensión empresarial.
Por sectores, los 1ue parecen tener una productividad más semejante a los sectores comunitarios son el textil, la industria química y el material de transporte.
A nivel salarial se ha producido también un acercamiento entre el nivel español y el comunitario, aunque las diferencias siguen siendo aún importantes.
Sectores bien situados
Uno de los aspectos más interesantes de] trabajo es el que se refiere a la competitividad potencial de la industria española en los mercados internacionales y, en particular, en los comunitarios.
El estudio señala que sólo dos sectores aparecen bien situados: alimentación y cuero y calzado. Por el contrario, cinco sectores aparecen mal situados: bienes eléctricos, maquinaria industrial y agrícola, material de oficina, instrumentos de precisión y química, otros y química básica.
No se observan grandes diferencias -indica- de protección arancelaria media española entre los sectores bien situados y los mal situados. No se puede atribuir al arancef español la mejor o peor situación en el ranking exterior de los sectores, por lo cual la competitividad de éstos en el mercado exterior no depende de la protección arancelaria.
Más adelante añade el estudio que el fuerte ritmo de crecimiento alcanzado por la industria española en los años sesenta permitió que gran número de industrias se desarrollaran orientándose hacia el mercado interno. Los criterios de competitividad exterior infravaloraron a estos sectores, cuya competitividad puede ser buena en caso de integración.
La industria tradicional
En general, se observa que los sectores que han mostrado mejores resultados, según los criterios del mercado exterl or, suelen quedar mal situados o en situaciones intermedias en los ranking de competitividad exterior. Esto significa que el mercado interior ha jugado un papel preponderante en el crecimi,ento español de los últimos años y confirma la importancia de los criterios de competitividad interior como cualificación de los de competitividad internacional.
Sobre un análisis de grado de penetración de la industria española en los mercados comunitarios entre 1964 y 1973, el trabajo. muestra que los sectores en que España tiene una mayor presencia son los de tipo tradicional, como el calzado y las bebidas alcohólicas, que en 1973 era de un 25%, siendo, además, nuestro país el principal proveedor comunitario de estos productos.
El presidente de la AEE,Víctor Mendoza, informó que esta organización es una entidad sin ánimo de lucro ni Finalidad política y ha sido constituida por un grupo de empresarios que creen en la utilidad social y eficacia económica de la libre empresa. Sus objetivos se centran en la promoción, realización y publicación de estud los e investigaciones sobre los principales temas que configuran la realidad económica española y, de modo especial, sobre la empresa privada.
En este sentido, resaltó que ya hay un equipo de estudio encargado de la confección de un informe sobre «balance económico y social de las nacionalizaciones» que estará ultimado en el próximo mes de diciembre.
