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Hermetismo sobre la entrevista Tarradellas-Sánchez Terán

Durante las nueve horas y media que duraron las conversaciones que celebraron ayer y anteayer, en el hotel Crillon de París, Josep Tarradellas y el diputado Salvador Sánchez Terán, consejero del presidente Adolfo Suárez, «se han estudiado las fórmulas concretas que permitan un restablecimiento provisional de la institución histórica de la Generalitat, con funciones concordantes con la actual legislación». Así rezaba el comunicado elaborado por los dos negociadores, entregado a la prensa ayer al final de la tarde.Sobre los temas tratados a lo largo de las reuniones de los últimos días, tanto el señor Sánchez Terán, como el señor Tarradellas se negaron a adelantar cualquier tipo de información. Antes, según declararon a los periodistas, tendrán que dar cuenta de sus trabajos, el consejero de la Presidencia al señor Suárez y el presidente de la Generalitat a los parlamentarios catalanes que, el martes y miércoles próximos, se reunirán con él en su domicilio de Saint Martín Le Beau.

Una vez cumplidos estos requisitos, se fijará una nueva reunión entre el señor Tarradellas y el negociador de Presidencia que, probablemente, se llevaría a cabo en París. El presidente de la Generalitat se evadió cuando alguien quiso saber si se entrevistaría con el señor Suárez con motivo de la visita que efectuará este último a París a finales del mes en curso o a primeros de septiembre.

Los dos negociadores reconocieron que los problemas a resolver son difíciles, lo que no les impidió mostrarse satisfechos. El señor Sánchez Terán presentó a su interlocutor como a un hombre cordial e inteligente. En una breve rueda de prensa, celebrada en el hotel Crillon, cada intente, de los periodistas destinado a obtener detalles sobre el contenido de los trabajos y sobre el porvenir de la solución del problema catalán fue esquivado: «No hay prisa por resolver las cuestiones pendientes, ni lo contrario, hay buena voluntad», dijo el señor Sánchez Terán, que indicó en otro momento: «No hay puntos de fricción, sino de conversación». El señor Tarradellas, por su parte, confirmó que deseaba volver lo antes posible a Cataluña, pero cuando se le preguntó si el restablecimiento de la Generalitat implicaría su vuelta automática, declaró, «Ya veremos al final de las conversaciones. »

En los medios informativos españoles de París se especulaba sobre el papel presente y futuro del señor Tarradellas: «Yo he dirigido siempre las negociaciones», nos declaró al respecto.

Por otra parte, el señor Tarradellas continuó recibiendo a los parlamentarios de la Asamblea de Cataluña Con vistas a la reunión en la cumbre de la semana próxima en su residencia francesa. Ayer por la mañana, un portavoz de UCD, que había conversado anteanoche con el presidente, reafirmó: «Coincidimos en todos los puntos con el señor Tarradellas y con el espíritu de la reunión que se celebró el último 7 de julio en París.» Uno de estos parlamentarios llegados a París nos aseguró, después de la entrevista con el señor Tarradellas: «Es posible que las cosas no se resuelvan tan rápidamente como creen algunos; además del problema político, el administrativo es muy complejo.»

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