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Las reservas españolas sólo cubren tres meses y medio de importaciones

El nivel de reservas de oro y divisas en España en relación con las importaciones ha pasado en 1976 de estar por encima de la media mundial a ser inferior, según un informe realizado por el Servicio de Estudios del Grupo Rumasa.

El informe, que pone de relieve que a lo largo de 1977 la disminución de los medios de pagos extranjeros no será inferior a los 1.000 millones de dólares (69.000 millones de pesetas) que se contabilizaron en el año anterior, centra su atención en dar una respuesta sobre nuestro nivel de reservas, eligiendo el criterio de relacionar éste con las importaciones y compararlas con las mis mas sanables para el total mundial.

Según se deduce del cuadro, si antes de la crisis energética podía calificarse nuestro nivel de reservas relativamente alto, en comparación con el nivel mundial medio, no se puede decir lo mismo a la vista de los datos disponibles a finales del pasado año. En efecto, en 1972 podían pagarse con las reservas españolas nueve meses de importaciones, en tanto con las mundiales los meses de importación cubiertos no llegaban a cinco. Durante 1976, la situación se ha invertido y mientras las reservas mundiales cubrían 3,6 meses de importaciones, las españolas sólo equivalían a las importaciones de 3,4 meses (si los cálculos se hacen para el primer trimestre de 1977 la relación para nuestro país es de 3,3 meses)

La situación —-dice el informe— es aún más preocupante si se tiene en cuenta que la disminución de reservas se está produciendo conjuntamente con el aumento del endeudamiento externo, otro aspecto en el que también estamos escalando los primeros puestos del «ranking» mundial.

Aunque la falta de estadísticas fidedignas sobre volumen de deuda, plazos de vencimiento, intereses, etcétera, no permite hacer un estudio exhaustivo de la situación, puede afirmarse que en estos momentos nuestras obligaciones exteriores, públicas y privadas, no bajan de los 12.000 millones de dólares (828.000 millones de pesetas) y que el servicio de esta deuda (intereses más amortizaciones) exigirá para los próximos años unas salidas de divisas no inferiores a. los 2.000 millones de dólares anuales (138.000 millones de pesetas), lo que llevará a un nuevo endeudamiento en el caso optimista de que continúe siendo posible.

Termina el análisis poniendo de manifiesto que si, además, se da la coincidencia de que la disminución de las reservas y el mayor endeudamiento no obedecen a una situación de aumento de las inversiones productivas, que pueden generar los recursos necesarios para autofinanciarse, el panorama que ofrece el sector exterior de nuestra economía, que no es más que el reflejo de la realidad económica interior, está muy cercano a ser desesperante.

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