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Reportaje:

Canadá y Estados Unidos prohibirán la sacarina

«Antes, las pruebas con animales no habían demostrado con cierto grado de certeza que la sacarina pudiese causar cáncer. Pero estas pruebas que acaban de llevarse a cabo en Canadá muestran inequívocamente que esta sustancia puede producir tumores malignos de vejiga en las ratas.» Así acaba de expresarse Sherwin Gardner, portavoz de Food and Drug Administration (FDA), organismo federal de Estados Unidos que supervisa y controla el mundo de los alimentos y las medicinas.FDA tiene un poder independiente sobre la producción y difusión de los alimentos y las medicinas, advirtiendo de sus peligros. Precisamente, una imprudencia que hace algunos años causó varias catástrofes en familias europeas: las malformaciones en niños nacidos de madres que habían tomado talidomida, fue evitada en Estados Unidos de Norteamérica gracias al veto que este organismo, FDA, puso a la difusión de la talidomida.

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Años después, FDA daba de nuevo la voz de alarma: los ciclamatos empleados en numerosos productos alimenticios y bebidas podían ser cancerígenos. De nuevo cundió la alarma, tanto en Estados Unidos, respaldada por la prohibición legal, como en los demás países. Numerosas personas se abstuvieron durante algún tiempo de tomar bebidas portadoras de los peligrosos ciclamatos. Pero esta vez la alarma no prosperó, y posteriormente nuevas experiencias dieron pie al hecho de que los ciclamatos fuesen tolerados de nuevo.

Diabetes y obesidad

Ahora le ha llegado su turno a la sacarina. Esa conocida sustancia que constituye objeto de consumo para personas que no quieren o no deben tomar azúcar, también es un cancerígeno. La sacarina es un compuesto aromático, concretamente es una composición ortosulfirnida benzoica, sintetizada en el año 1879, en Alemania. En Estados Unidos, donde empezó a ser utilizada en 1900, se consumen más de diez millones de kilos de sacarina al año. Tres cuartas partes de esta cantidad son destinadas a la fabricación de bebidas refrescantes para personas «a dieta».La razón de este creciente empleo de la sacarina por cierto tipo de consumidores, es su ausencia de calorías. Román Casares, catedrático de Bromatología de la facultad de Farmacia, y director de la Escuela de Bromatología de la Universidad Complutense de Madrid, explica así el porqué de la sacarina: «La sacarina, en realidad, no es un alimento. No produce calorías. Eso la convierte en un producto inocuo para los que necesitan un régimen bajo de calorías, como es el caso de las personas diabéticas o de las que están sometidas a tratamientos contra la obesidad.»

«Se trata de algo superfluo, como son superfluas tantas otras cosas que usamos. Es como un chupete para las personas que desean sabores dulces y no puden tomar azúcar -prosigue el doctor Casares-. La sacarina se viene usando desde hace un siglo. Está autorizada en todos los países del globo. Me sorprende extraordinariamente esta noticia de su prohibición en Estados Unidos y Canadá, porque hasta ahora no se ha conocido ningún caso que hiciera sospechar que tenía esa acción cancerígena. Habrá que conocer con detalle los trabajos y las investigaciones que han motivado estas conclusiones; supongo que la medida se habrá tomado después de concienzudos experimentos. Yo, desde luego, no tenía noticia de que se hayan provocado casos de cáncer por tomar sacarina.»

La prohibición

La inminente retirada del mercado norteamericano de la sacarina ha comenzado a desencadenar oleadas de protesta, provenientes de los sectores productores. Walter O. Spencer, de Sherwin Williams Co, compañía que es el mayor centro de producción de sacarina del mundo, acaba de asegurar en Cleveland que la medida tomada es ilógica.La medida ha sido adoptada primero en Canadá. Allí, las autoridades, ante los experimentos realizados, han prohibido su uso en cosméticos, medicinas o comidas. Funcionarios del Departamento de Salud añadieron que la sacarina sería todavía accesible, en Canadá, a los diabéticos y a otros enfermos, limitándose su venta a las farmacias, desde el próximo 1 de septiembre. Las medicinas que contengan sacarina cómo ingrediente no médico, no serán retiradas hasta el 31 de diciembre de 1978.

En Estados Unidos, la FDA ha anunciado que actuará inmediatamente para prohibir el uso de la sacarina en la elaboración de alimentos y bebidas como consecuencia de los resultados de las pruebas efectuadas con las ratas en Canadá. El proceso legal, según opinan las autoridades norteamericanas, no permitirá que la sacarina sea excluida del mercado alimenticio en un plazo inferior a cuatro meses.

A pesar de la firmeza de las declaraciones de los organismos científicos citados, la protesta de los productores va a jugar su baza en firme. Según los portavoces de Sherwin Williams, los experimentos realizados en Canadá atosigaron a las ratas con sacarina. «El equivalente de las dosis que se han proporcionado a las ratas -aseguró Spencer, de la citada compañía- equivale a hacer tomar a un hombre ochocientas botellas diarias de bebida gaseosa durante el resto de sus días.»

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