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El Batallón Vasco-Español afirma que ha ejecutado a "Pertur"

«Eduardo Moreno Bergareche, Pertur, ha sido ejecutado y enterrado en un pueblo de Navarra. No será el último. Ojo por ojo. ¡Viva la unidad de España! Batallón Vasco-Español, comando Emilio Guezala».Este escueto mensaje fue recibido por correo ayer, a última hora de la mañana, en la redacción del diario bilbaíno El Correo Español-El Pueblo Vasco. El sobre, sin remite, estaba matasellado en la estación de Bilbao-Abando el día 28 y el texto había sido mecanografiado con mayúsculas en un folio de tipo normal.

A partir de este momento son, pues, dos organizaciones las que reivindican el secuestro del conocido dirigente etarra, desaparecido en Behobia hace ya ocho días: la Alianza Apostólica Anticomunista de España, que lo hizo mediante una llamada telefónica a la agencia Cifra en Barcelona, y este Batallón Vasco-Español.

La primera de estas organizaciones, cuyas siglas aparecen copiadas de la tristemente famosa «Triple A» de Argentina, era desconocida en nuestro país hasta hace tan sólo unos días, y son muchos los que dudan de su existencia o, al menos, de su relación con el secuestro de Pertur.

No ocurre lo mismo con el Batallón Vasco-Español, que ya ha dejado tarjeta de visita en varios atentados terroristas. Sus apariciones públicas, bajo el signo de la bomba, han llevado hasta ahora la firma de los comandos Carlos Arguinberri y Víctor Legórburu. La familia de este último -alcalde de Galdácano muerto a tiros por presuntos militantes de ETA- hizo pública una nota quejándose de que se hubiese utilizado su nombre para colocar una bomba en la librería Izaskun, de Tolosa, y para amenazar de muerte a varias personas.

Este temible Batallón Vasco-Español adopta ahora el nombre de otra dé las presuntas víctimas de ETA: Emilio Guezala, veterinario e inspector de una línea de autobuses, que fue tiroteado y muerto en la localidad guipuzcoana de Lezo bajo la acusación de ser confidente de la policía.

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Tal como reza el mensaje que recogemos al comienzo de esta información, la Ley del Talión parece presidir los extremismos de izquierda y derecha. Solo que en esta ocasión la víctima ha sido un hombre que, a pesar de llevar sobre sus espaldas las siglas de ETA, hacía al menos siete meses que parecía haberse apartado de la lucha armada para crear un soporte ideológico a una nueva organización política en la que no iba a existir brazo armado.

Todo hace pensar que el mensaje es fiable, incluidas las anteriores actividades terroristas del grupo firmante. Se podría objetar que tal vez el impacto hubiera sido mayor en el caso de que el cuerpo de Pertur hubiese aparecido sin vida en cualquier cuneta, al estilo argentino. Pero tampoco han sido descubiertos los cuerpos de los tres gallegos desaparecidos hace años en Francia y desde todos los frentes policiales y periodísticos se acusa de su muerte a ETA.

Lo que resulta evidente es que Pertur no era en este momento hombre intercambiable y que sus secuestradores habían decidido, desde el momento mismo del secuestro, darle muerte a título de absurdo escarmiento.

Eduardo Moreno Bergareche, Pertur, nacido en San Sebastián hace veinticinco años, estudiante y uno de los máximos dirigentes de la rama político-militar de ETA-V, según la policía estuvo implicado en los secuestros de José Luis Arrasate y, posteriormente, de Angel Berazadi, que después fue asesinado.

Desde 1972 fijó su residencia en San Juan de Luz y como integrante de uno de los comandos especiales participó, siempre según informaciones policiales, en varias acciones violentas llevadas a cabo durante la primavera de 1975 en el País Vasco.

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